La casa y el cerebro: Un relato victoriano de fantasmas

Una casa encantada, por antonomasia testigo de crímenes horrendos.

Un hombre escéptico, que es capaz de sentir terror, pero no miedo,

Decide pasar una noche, en la misma, confrontar a los entes que la habitan, quienes hacen insoportable permanecer en la misma, pero, todo debe tener una explicación, incluso la inexplicable muerte de su perro.

Una especie de “cazafantasmas” del siglo XVIII. Un poco de el Verniano castillo de los Carpatos.

No hay porque temer todo tiene una explicación científica, según su época, aunque la ciencia de ayer solo sea la mentira del hoy y ridícula mañana.

Mesmerismo, vapores que alteran la conciencia un ser longevo, poseedor de los conocimientos sobre la vida , pero no de la muerte . Esa es inefable.

A mi parecer ahí se equivoca Lytton, al desperdiciar una buena historia de casa encantada en aras de las frías e indiferentes explicaciones científicas, que dicho sea de paso no me aclaran nada .

Mentalismo puro, aunque sepamos que no existe el mentalismo.

Solo me ha hecho recordar las casas inteligentes de la época actual. Tal vez aquellas si le parecerían encantadas, aunque no pasen de ser encantadoras.

“ el pensamiento tiene poder; no en proporción a su valor: un mal pensamiento es capaz de crear una ley mala tan poderosa como un buen pensamiento una buena” ...me suena a autoayuda.

“ la mente de un hombre vivo podría despertar y resucitar los pensamientos que albergó un muerto, como si tuvieran vida; pero no alcanzar los pensamientos que un muerto albergue ahora. ¿No es así? “ .... No no es así.
Al menos yo no lo creo.

Demasiado escepticismo para quien gusta de la literatura de terror...Ya he estado ahí.

El primer barón Lytton, autor de Los últimos días de Pompeya, escribió en 1857 el que se considera uno de los mejores relatos victorianos sobre casas encantadas. En La casa y el cerebro está precisamente el germen de lo que más adelante se convertirá en un tópico del género: objetos que se mueven solos, efectos poltergeist, presencias malignas, ambientes ominosos y un protagonista incrédulo.

La narración está dividida en dos partes: una primera parte (brillante) que describe una noche de nuestro innominado protagonista en "la casa de nuestros sueños" y una segunda parte (no incluida en la publicación original) en la que se nos ofrece un análisis metafísico de los sucesos acaecidos en la primera parte.