El primer barón Lytton, autor de Los últimos días de Pompeya, escribió en 1857 el que se considera uno de los mejores relatos victorianos sobre casas encantadas. En La casa y el cerebro está precisamente el germen de lo que más adelante se convertirá en un tópico del género: objetos que se mueven solos, efectos poltergeist, presencias malignas, ambientes ominosos y un protagonista incrédulo. La narración está dividida en dos partes: una primera parte (brillante) que describe una noche de nuestro innominado protagonista en "la casa de nuestros sueños" y una segunda parte (no incluida en la publicación original) en la que se nos ofrece un análisis metafísico de los sucesos acaecidos en la primera parte. |