El viejo doctor los miraba con atención, podía ver que no se eran indiferentes. Víctor parecía querer obligarse a ignorar lo bonita que era Paola y ella no quería darse cuenta de lo adecuado que era él para ella. Pero el tiempo hablaría por sí solo, ¿acaso no era la vista el primer sentido en despertar? Claro que sí, porque la vista era el principal órgano para enamorarse, lo primero que atraía, lo primero que abría el apetito.
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