La operadora

Gretchen Berg es una productora de televisión estadounidense que, tras investigar su genealogía, descubrió unos relatos muy interesantes en torno a la vida de su abuela, lo que le llevó a escribir su primera novela, La operadora. Esto ha resultado, para mí, algo muy significativo tras terminar de leer esta novela, porque le aporta una mayor veracidad a lo que está narrado como una novela claramente de ficción, aunque sea solo en detalles. Tened en cuenta que las noticias que salen de los periódicos, por ejemplo, son reales, o así lo indica la propia escritora al final del libro. Creo que me hubiera gustado saberlo antes de empezar a leer, y por eso os lo cuento.

Ahora, hablemos de esta historia, que es para lo que estamos aquí. Lo que comienza siendo una historia doméstica, ambientada en los años cincuenta en una población, Wooster, en el estado de Ohio, acaba convirtiéndose en una novela donde el trabajo de personajes es muy interesante y, quizá, el mayor valor de este texto, o por lo menos es lo que más me ha llamado a mí la atención, y lo que me llevo tras la lectura.

Comenzamos conociendo a Vivian Dalton, nuestra operadora, una mujer ya madura, casada desde hace diecisiete años y con una hija adolescente. Una mujer insegura e ignorante, decidida y orgullosa, que piensa que tiene controlada toda su realidad pero que recurre a hornear galletas y a ahogar gritos en cojines cuando las cosas se le escapan.

Lo que me parecía a veces una lectura un poco atípica, no solo por esos saltos temporales, necesarios para que ir conociendo el pasado, se convierte en pura intriga, llegando a crearme incluso ansiedad por saber qué era aquello tan importante como para desbaratar la vida de Vivian. Luego veré que todo iba más allá de ese rumor.

En una población tan pequeña, la autora ha conseguido generar esa atmósfera de cercanía y de angustia que puede existir en un pueblo donde todo el mundo, o casi todo el mundo, se conoce, y todo el mundo habla de todo el mundo, y todo se juzga.

El carácter atípico que he notado en la narración, sobre todo al principio, ha acabado consiguiendo mi comodidad, llegando incluso a dudar de haberlo calificado como extraño. Puede que sea porque me acostumbré a él, o, simplemente, porque era el adecuado para conseguir que la historia me atrapase. He llegado a pensar que está hecho así para despistarnos de la misma manera que lo harían los rumores.

Si bien al principio estaba convencida de que era fácil encuadrar a Vivian según su manera de reaccionar ante todo y según los pasos que iba dando, poco a poco, el texto me ha demostrado que las cosas no son así de simples, y que los personajes tienen vida propia, sentimientos, y son tan complejos como lo podemos ser nosotros. Esto ha sido lo que más me ha gustado de esta novela: ese trabajo narrativo en torno a los personajes. La diversidad mostrada ante cada uno de ellos, así como el camino que motiva sus acciones, hace que merezca la pena leer esta novela.

No solo es por el típico «las cosas no son solo blancas o negras, siempre hay grises», sino que me ha trasladado fielmente a esas calles, a esas casas, a esas familias de los años cincuenta. He saboreado, he olido y he escuchado, como si lo estuviera viendo por televisión. Me he sentido lejos de ellos, para luego, sentirme cerca y entender su proceder, por mucho que no comparta ciertas decisiones.

Es real que las relaciones familiares son complicadas y que los secretos están ahí. Como dice el padre de Vivian, «si lo haces, que no te pillen». Destacaría la relación entre hermanos, entre hermanas, con los padres, en el matrimonio, con los hijos... Nada es fácil y la verdad, a veces, marca la diferencia. He agradecido llegar hasta el final para ver hacia dónde me llevaba todo, y en qué situación dejaba a los protagonistas de esta historia. Muy recomendable, mucho más de lo que pensaba al comenzar a leerla.




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Aunque la narración comienza con ritmo, a medida que avanza se va ralentizando, pero sin embargo, no me resultó aburrida, las intrigas se van manteniendo hasta el final y es ahí cuando la lectura vuelve a ser ligera y se descubren todos los enredos... ya lo dice el refrán "pueblo pequeño, infierno grande"

la ambientación me ha gustado mucho y la autora ha logrado plasmar esa esencia de la sociedad de un pequeño pueblo de los Estados Unidos en 1950, con sus tradiciones, prejuicios, chismes, el bendito que dirán y alusiones a una clara brecha entre las clases sociales

La figura de la operadora, aquella mujer que al descolgar el teléfono (los privilegiados que los tuvieran) pasaba la llamada, nos parece algo muy lejano, aunque su existencia se remonte a apenas 70 años (seguro que nuestros abuelos o padres aún se acuerdan de ellas).

Estas mujeres como intermediarias de las llamadas, tenían la oportunidad de escuchar mil y un cotilleos aunque, por políticas de empresa, estuviese prohibido escuchar las conversaciones ¡Con lo que nos gusta un buen cotilleo, como para perder la oportunidad!

Una de estas operadoras es la protagonista de la operadora de Gretchen Berng que escuchará un cotilleo que justamente tendrá que ver con ella misma y que afectará a su vida familiar.

Vivian Dalton lleva trabajando de operadora en la centralita de Wooster, un pequeño pueblo de Ohio, desde bien jovencita y es toda una experta en pasar la llamada y quedarse agazapada escuchando la conversión.

Hasta ahora siempre había escuchado cotilleos y chismes sobre otros habitantes del pueblo pero, ahora, le ha llegado su turno. La curiosidad le lleva a escuchar una conversación de Betty Miller, una mujer rica en influyente del pueblo, con una desconocida y lo que escucha cambiará para siempre su mundo. Esta vez el cotilleo le ha salpicado de pleno y va a tener que actuar en consecuencia.

Quizá sea una de las pocas personas que no ha visto "Las chicas del cable· (de hecho, vi tres capítulos y la dejé), a pesar de que la figura de la operadora me llama mucho la atención. No sé, me da la sensación que le daban un toque más personal y humano al hecho de llamar por teléfono.

Pero nunca había caído en que podían escuchar las llamadas. Yo soy un poco cotilla, así que si yo hubiese estado en el lugar de las operadoras, también habría escuchado más de una conversación.

También de naturaleza cotilla es nuestra protagonista, Vivian, que ya de pequeña apuntaba maneras. Lleva años escuchando a escondidas (saltándose las normas) las conversaciones de sus vecinos y, gracias a ello, tiene una opinión muy formada de cada uno de ellos. Pero esta vez, el tiro le sale por la culata y la perjudicada es ella y su familia, en concreto, su marido.

La pobre descubre por boca de una desconocida un secreto que pondrá su mundo patas arriba.

Vivian, no se siente especialmente realizada en su trabajo ni en su vida en general. Está quizá demasiado acomodada y le gustaría ampliar sus horizontes. Este gran secreto (que no os pienso revelar) le ayudará a madurar, a plantearse su vida y a luchar por lo que quiere. le hará más fuerte y enfrentarse a sus miedos. También le hará enfrentarse a su propia hermana y demostrarle a todo el mundo que Vivian es más de lo que todos ven, que detrás hay una mujer fuerte y valiente con sueños y aspiraciones.

También conoceremos la vida y familia de Betty Miller y que no es oro todo lo que reluce.

La novela tiene muchos puntos para mantenernos enganchados a sus páginas y bien entretenidos: jugosos cotilleos, grandes secretos familiares, robos de bancos y secretos a voces.

¿Pero lo logra? ¿Logra mantenernos enganchados? Sí, totalmente pero con un pequeño inciso: la narración es, a veces, un poco lenta. Hay ocasiones en los que nos sobra (me sobra) información, en la que me gustaría que el narrador se saltara alguna descripción o situación que, en mi opinión, aporta poco, y fuese directo al meollo.

Sin embargo, hay que reconocer que de esa forma lograrnos meternos más en la piel de los personajes pues los conocemos en profundidad: sabemos lo que piensan, sienten y sufren. Aunque con ello, se le reste velocidad a la historia.

Por lo demás ¡chapó! La novela lo logra, queremos saber cuál es el gran secreto que tanto afecta a Vivian (aunque, para mi gusto, cuando lo descubrimos, me hubiera gustado más redoble de tambores) y cómo la protagonista sale adelante y supera todos los baches.

Además, en la novela, se hace un buen retrato de la sociedad de la época: las costumbres, las creencias, el papel de la mujer, la vida familiar...

Como digo, aunque hubo momentos en los que me hizo falta un poco más de dinamismo, en general la novela me ha gustado mucho y os la recomiendo.
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* La operadora * de @duomoediciones

Sinopsis:

💚 Vivian Dalton es una operadora de la centralita de Wooster en Ohio. Como al resto de sus compañeras, la compañía les tiene prohibido escuchar las conversaciones telefónicas, pero algunas chicas son muy indiscretas y no pueden resistirse a un chisme.
Vivian es una de ellas, y un día en que decide escuchar, en una de las llamadas se ve sorprendida, porque el chisme le atañe directamente a ella. Betty Miller, una vecina del pueblo, le cuenta a una amiga un secreto referente al marido de Vivian.
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Opinión:

💫 Buenas tardes lectores, poco a poco me voy poniendo al día con reseñas y mensajes, habéis sido muchos los que habéis contactado estos últimos dos/tres días y aunque estoy algo saturada, después del reto lector de 24h leyendo he acabado varias lecturas y os iré subiendo las reseñas.

Esta, por ejemplo, tiene lugar durante los años 50 del siglo XX.
Nos cuenta la historia de un pequeño pueblo, Wooster.
Donde como no podía ser de otro modo durante esos años, la gente se comunicaba mediante la centralita del pueblo, donde trabaja Vivian, la protagonista de esta historia, como operadora.

Las operadoras, tienen prohibido como norma general cotillear las conversaciones que les llegan de los vecinos, sin embargo, no es ningún secreto que no se cumpla la norma.

Todo son rumores, risas y cotilleos hasta que un día la central recibe un mensaje sobre el marido de Vivian, quien empieza a cuestionarse todo y el libro empieza a coger un hilo muy interesante que te hace engancharte a sus páginas si aun no lo estabas buscando saber que esconde todo realmente.

Me ha gustado mucho los giros temporales que nos van contando la historia de la vida de Vivian, de lo fuerte que ha sido, de como al final de la historia, se aprecia toda su evolución.
También me ha gustado que toca varias subtramas, como varias historias dentro de una amplia que de alguna manera las conecta.

Tiene además de todo, una parte histórica muy rica, muy lograda, que expone ante el lector las costumbres, y condiciones de la época. Toca el racismo, toca la amistad, la envidia, la traición, dudas y secretos.

Muy completo, ¡me ha gustado!

Tenía muchas ganas de leerme este libro, y es que la sinopsis me atrajo mucho. Me recordó al momento a la serie de Las chicas del cable, la cual me gusto muchísimo. Y sí o sí me tenía que leer este libro. Y a medida que lo iba leyendo, podía ir relacionándolo con la serie, cómo por ejemplo, en el tramo en que explican como funciona una centralita, podía visualizar imágenes de la serie.

La novela nos traslada a la América de los años 50 y nos cuenta la vida de Vivian Dalton y cómo es una jornada de su trabajo y su día a día. Para hacer una comparativa con la serie... nuestra protagonista es una chica del cable, con sus propios problemas que trastocaran su mundo y se verá obligada hacerles frente para poder recuperar su vida. Vivian es una mujer insegura y orgullosa, que, cuando pierde el control de su vida, se dedica a cocinar galletas. le importa mucho el que dirán o si hablarán de ella a sus espaldas, y eso le lleva a ir con miedo y pensar negativamente de la gente y mostrándose cautelosa con sus vecinos y preguntándose quien sabe su secreto.

Es una novela en la que lo principal son los personajes. La narración se construye alrededor de ellos, y en concreto, en mujeres de distintas clases sociales, mostrándonos el comportamiento y los problemas de cada una de ellas. Los personajes están bien desarrollados y sabemos de ellos lo suficiente como para entender porqué actúan como actúan y porque son como son. La protagonista principal es Vivian y el narrador, en tercera persona, nos cuenta su historia. Esta estructurada mediante saltos temporales al pasado, para que logremos entender los acontecimientos que van sucediendo a lo largo de la trama y también para conocer un poco más a los personajes.

El ritmo al principio es algo lento, nos explican la vida de cada uno de los personajes y cómo es el trabajo de Vivian, pero desde el punto en que sabemos qué se escucha algo, a cuando sabemos qué es lo que ha escuchado Vivian... pasa un determinado tiempo en el que vas leyendo con intriga y el ritmo pasa a ser más rápido. A pesar de no ser una lectura fácil, la historia te atrapa y consigue que no puedas parar de leer, al irte dejando con cada capítulo una mayor intriga de qué ha sucedido.

En definitiva, ha sido una lectura agradable y he disfrutado con ella. Te gustará si te gustan las novelas de años pasados con toques históricos y si te gusto la serie Las Chicas del cable.