Aunque la narración comienza con ritmo, a medida que avanza se va ralentizando, pero sin embargo, no me resultó aburrida, las intrigas se van manteniendo hasta el final y es ahí cuando la lectura vuelve a ser ligera y se descubren todos los enredos... ya lo dice el refrán "pueblo pequeño, infierno grande" la ambientación me ha gustado mucho y la autora ha logrado plasmar esa esencia de la sociedad de un pequeño pueblo de los Estados Unidos en 1950, con sus tradiciones, prejuicios, chismes, el bendito que dirán y alusiones a una clara brecha entre las clases sociales |