—La mayoría de nosotros simplemente vivimos nuestras vidas haciendo lo mejor que podamos. Aceptar a las personas como son es difícil, pero a la larga es más fácil que esperar que sean algo que no son.
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—La mayoría de nosotros simplemente vivimos nuestras vidas haciendo lo mejor que podamos. Aceptar a las personas como son es difícil, pero a la larga es más fácil que esperar que sean algo que no son.
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-Es mi flor de la suerte -le conté-. Para que combine con tu traje de la suerte. Deberíamos jugar a la lotería esta noche. Nuestras posibilidades de ganar son altísimas. -Creo que ya he ganado -dijo, y me besó en la frente. |
Las personas, o gravitan una hacia otras, o no lo hacen. No puedes forzarlo. No puedes controlar sus sentimientos o los tuyos.
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Me acarició suavemente los nudillos con el pulgar. No pude evitar que mis dedos sujetaran los suyos. Un gesto tan pequeño, estar agarrados de las manos. Pero una corriente cálida y eléctrica fluyó entre nosotros donde nos tocamos y de pronto sentí como si las cosas, de alguna manera, fueran a estar bien.
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La mayoría de nosotros simplemente vivimos nuestras vidas haciendo lo mejor que podemos. Aceptar a las personas como son es difícil, pero a la larga es más fácil que esperar que sean algo que no son.
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Creo que mi temor más grande es que comiences a mirarme de forma distinta... que empieces a ver la depresión en vez de verme a mí.
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Pero es que... no quiero que pienses que estoy luchando todo el tiempo, o algo por el estilo. Estoy haciendo todo lo que puedo para asegurarme de no caer en otro pozo negro, y definitivamente estoy en un mejor sitio ahora que hace dos años. Estoy mucho mejor. No tienes que andar de puntitas alrededor de mis sentimientos.
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¿Qué quieres que te diga? ¿Que no soy buena con las conversaciones serias porque me aterra acercarme demasiado a cualquiera, porque todos los que me importan siempre me abandonan, así que, por qué molestarme?
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A veces sentía que el duelo era como una cuerda floja y que yo empleaba la mitad de mi tiempo intentando mantener el equilibrio; nunca me caía, pero tampoco lograba llegar al otro lado.
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¿No podía ver lo avergonzada que estaba? Debería haber llevado puesto un letrero alrededor de mi cuelo que dijera: POR FAVOR NO ALIMENTE AL ANIMAL ASUSTADO, YA QUE NO ESTÁ ACOSTUMBRADO AL CONTACTO HUMANO, Y SI BIEN PUDO HABER PARECIDO AMIGABLE LA ÚLTIMA VEZ QUE LO VISITÓ, NO SE HA ACOSTUMBRADO A SU NUEVO HÁBITAT.
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Manolito ...