A veces me siento desdichada , nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos .
|
A veces me siento desdichada , nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos .
|
A veces hacíamos cuentas . Nunca alcanzaba . Acaso mirábamos demasiado los números , las sumas , las restas , y no teníamos tiempo de mirarnos nosotros .
|
Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.
|
Tal vez no me apartaría ni un milímetro de mi centro de sinceridad, si le dijera que lo que estoy buscando denodadamente es un acuerdo, una especie de convenio entre mi amor y su libertad.
|
...el beso nos resultaba siempre un contacto meramente instantáneo, con poco de sexo y menos aún de ternura, y en cambio mucho de susto, de cortocircuito, de nervio herido.
|
"Quizá yo sea un maniático de la equidistancia. En cada problema que se me presenta, nunca me siento atraído por soluciones extremistas. Es posible que ésa sea la raíz de mi frustración. Una cosa evidente: si, por un lado, las actitudes extremistas provocan entusiasmo, arrastran a los otros, son índices de vigor, por otro, las actitudes equilibradas son por lo general incómodas, a veces desagradables y casi nunca parecen heroicas. Por lo general, se precisa bastante valor (una clase muy especial de valor) para mantenerse en equilibrio, pero no se puede evitar que a los demás les parezca una demostración de cobardía. El equilibrio es aburrido, además. Y el aburrimiento es, hoy en día, una gran desventaja que por lo general la gente no perdona." (Pág.94).
|
"Yo mismo he fabricado mi rutina, pero por la vía más simple: la acumulación. La seguridad de saberme capaz para algo mejor me puso en las manos de la postergación, que al fin de cuentas es un arma terrible y suicida. De ahí que mi rutina no haya tenido nunca carácter ni definición; siempre ha sido provisoria, siempre ha constituido un rumbo precario, a seguir nada más que para aguantar el deber de la jornada durante ese período de preparación que al parecer yo consideraba imprescindible, antes de lanzarme definitivamente hacia el cobro de mi destino. Qué pavada, ¿no? Ahora resulta que no tengo vicios importantes [...], pero creo que ya no podría dejar de postergarme: éste es mi vicio, por otra parte incurable." (Págs.50-51). |
"El tiempo se va. A veces pienso que tendría que vivir apurado, que sacarle el máximo partido a estos años que quedan. Hoy en día, cualquiera puede decirme, después de escudriñar mis arrugas: 'Pero si usted todavía es un hombre joven'. Todavía. ¿Cuántos años me quedan de 'todavía'? Lo pienso y me entra el apuro, tengo la angustiante sensación de que la vida se me está escapando, como si mis venas se hubieran abierto y yo no pudiera detener mi sangre." (Págs.89-90).
|
soy capaz de entender una y otra definición, pero ni una ni otra son mi definición. (página 131 -sábado 24 de agosto-) |
No puedo conformarme con la perspectiva de verme siempre allá, encerrado ,tragando olor a libro viejo sobre los libros .Estoy seguro de que voy a ser y hacer otra cosa ,no sé si mejor o peor que esto que hago ,pero otra cosa .
|
“La beso, a ella la beso, y no soy hipócrita. La beso como podría morderla, y a veces la muerdo, o comérmela y masticarla y digerirla. Porque hay una desesperada necesidad, casi diría una obligación, de marcar al otro, a la otra, aunque sea con los dientes, y aunque alguno de estos sea postizo. Dejar una marca propia es cosa de vida o muerte, o de muerte solamente, porque la intención subterránea es pasar la muerte, es seguir existiendo después del fin. Y a esos efectos tanto sirve la existencia de un hijo como la de una cicatriz. Después de todo, también el hijo es una cicatriz. Buena definición para proponer a la Academia. Hijo: cicatriz de amor.”