Todo arde

Me he propuesto como reto leer por lo menos dos libros del mismo autor para así tener un mejor conocimiento de su obra, para no quedarme con mal sabor de boca si el que elegí fue precisamente el malo, o para no venirme arriba si cogí justo el del día de la inspiración.... quizás sea una estupidez pero me da para descubrir cosas interesantes 🧐.
En el caso de Nuria Barrios vengo de leerme
La Impostora que me encantó y me aportó un montón de cosas, y ese ensayo me trajo a Todo arde.
Un joven (muy joven...para mí gusto fallo de casting) que se adentra en un poblado chabolista en busca de su hermana que está enganchada a las drogas: una historia muy simple, sin profundidad, llena de zonas comunes, carece de pasión y sentimiento, falta información, algo más de raíz del porqué de esa situación, y eso pese a que la historia está teledirigida, todo como muy explicado buscando la emoción que no encuentra. Se me quedó a mitad del camino... trescientas páginas y le faltó desarrollo.
En esta ocasión parece que he leído los extremos de esta autora, lo bueno y lo malo, y eso me lleva a buscar un tercer libro para desempatar, y es que no hay teoría sin alguna laguna 🙄.
Habrá prórroga, veremos si también penaltis....

Una historia terrible narrada magistralmente, me encanta el estilo de la autora, esa riqueza léxica me atrapa.
 
«¿Por qué no vuelves a casa conmigo?»
 
Y aprietas el libro cuando escuchas la voz tartamuda de Lolo, suplicante y aniñada, y susurras, por qué no vuelves a casa con él, por qué no te olvidas del poblado y de todos sus moradores, no son amigos, no te cuidan, te utilizan, te usan…, Lena no atiende a razones, está enferma como dice el griego, son enfermos, heridos de mente, y un enfermo de emociones, sentimientos, no atiende a razones, buscan la paz, que las voces se amortigüen o se callen, y eso no se consigue en el acto, solo la droga lo logra.
                ¿Por qué empezó a consumir? ¿Por qué se hizo el silencio cuando todavía se podía hacer algo? ¿Para qué quieres saber? Lolo es solo un niño, como dice su madre, que baja hasta el infierno en busca de su hermana. El Poblado es el lugar donde se oculta el crimen, donde se esconde la gente que no desea ser rescatada ni encontrada, también es una aventura que nos pone un nudo en el estómago que no deja de apretarse a medida que avanzamos y el peligro se hace palpable, porque en el Poblado no se puede ser un mero observador, Lolo es un niño y el diablo se las sabe todas. Para Lolo una prueba, tras cruzarlo no volverá a ser el mismo, su infancia se perderá para dar paso a una madurez más consciente de la realidad, del peso de los silencios, de la culpa. Pero el Poblado es también, por desgracia, una forma de “vida”. La narrativa de Nuria Barrios mantiene al lector alerta durante todo el relato y nos hace decidir, Lena o Lolo, quedarse o irse, incluso gritamos «¡¡¡Deja al puto perro que te van a matar!!!», un laberinto de sentimientos y decisiones que como espectadores no nos corresponde, pero tomamos, porque estamos dentro de las páginas, porque nos hemos encariñado con Lolo y con Lena, pero tenemos que decidir, como deciden los padres en estas encrucijada.
                Lena nos enseña cómo se debe sobrevivir en el Poblado, las claves de la subsistencia más animal. Una historia muy dura y real, el descenso a los infiernos.
«Da lo mismo que fumes la droga, que la esnifes, que te la metas en vena o por el culo... El resultado es el mismo. Cuanta más droga tienes, más consumes y, cuanto más consumes, más dinero necesitas».

PD: No es ningún error ortográfico,  para mí, el Poblado es un personaje de carne y hueso,  que respira y engulle. 

Una historia de amor y de horror.
Una novela tan real que te atenaza el corazón.
Oscuridad y luz.
El descenso al infierno con la mirada puesta en el cielo.
Todo esto es 'Todo arde' donde la mitología clásica se mezcla con el presente en un poblado de chabolas de Madrid.

Lolo, con dieciseis años, pasa unas horas (una noche, que es el corto espacio de tiempo en el que se desdarrolla la novela) en "el Poblado". Llega allí con su inocencia e ignorancia para intentar convencer a su hermana mayor -Lena- de que vuelva a casa con él y deje las drogas. En esa "ciudad sin ley" Lolo ira pasando de la fascinación al miedo, pasando por la excitación que provoca salir de la zona de confort y dejar de sentirse un niño. Las emociones iran saltando de una a otra sumando la rabia, la desazón, la esperanza... conocerá (y nosotras con él) pinceladas sobre la historia y cultura gitanas, los ajustes de cuentas en el poblado, las peleas de perros, el mundo de la compra-venta de drogas, los cuerpos y vidas devastados por las adicciones, las traiciones, pero también crecerá y se dará cuenta de que "crecer duele" y que hay secretos que -pese a serlo con intención de proteger- duelen el triple cuando son desvelados. Confiará en el amor que siente por su hermana (y que desea que ella sienta por él) para salvarla.

¿Es una lectura dura? Lo es, pero también hay luz y esperanza escondidas entre las sombras de la noche, en los fumaderos y los vertederos ¿Acaso no es así la vida real: luces y sombras? ¿Momentos de esperanza y felicidad que nos salvan del mundo?
Amor, esperanza, desasosiego, bondad, egoismo... la vida que tenemos a la vuelta de la esquina y que no sabemos/queremos ver.

Una lectura adictiva de principio a fin, muy bien escrita, muy bien hilada y muy emocionante, con unos momentos que provocan angustia o ternura o asco o tristeza. Una prosa sin "florituras" ni excesos pero intensa y profunda. No pierde el ritmo en ningún momento y llegas al final casi sin haber podido soltar el libro. Un final que, por cierto, es magnífico. Cuando iba aproximándome a las últimas páginas, al desasosiego se unió el temor a que la autora no terminara así la historia, soy sincera, me daba miedo que un final diferente al que yo creo que es el que le corresponde me estropeara la lectura (soy muy de finales yo)

Lectura muy recomedable y necesaria.

"(...) fijó la vista en la hoguera. El humo era tan denso como el que Lena aspiraba de su pequeña pipa. Cada pipa era una hoguera, pensó Lolo. En la boca de su hermana , en cada boca que inhalada de una pipa, estaba el poblado, que se reproducía así hasta el infinito."

A pesar de que hayamos podido seguir leyendo a Nuria Barrios a través de sus poemas merecidamente galardonados como lo fue en el año 2017 con “La luz de la dinamo" con el que ganó el Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado, lo cierto es que Nuria Barrios ha estado cierto tiempo apartada de la escritura novelística, es por ello que “Todo arde” supone su regreso a este género literario. Esta magnífica escritora es autora de novelas como “Amores patalógicos” o “El alfabeto de los pájaros”, ha escrito poemarios como “El hilo de agua”, se ha prodigado con relatos como “Ocho centímetros”, como cuentista está también presente en numerosas antologías y hasta se ha aventurado a escribir un libro de viajes llamado “Balearia”.

La historia de “Todo arde” transcurre en un muy breve espacio de tiempo ya que se inicia al atardecer y finaliza cuando amanece. Lolo, un adolescente tartamudo de dieciséis años, acaba de regresar a Madrid tras pasar una temporada en un internado de Irlanda. Lolo, echa de menos a su hermana mayor Lena y quiere que vuelva a casa. Sin embargo, Lena, una joven de veinticinco años enganchada al crack y la heroína que, tras abandonar el domicilio familiar, merodea durante el día por el aeropuerto de Barajas llevando a cabo pequeños hurtos que le permiten costearse la dosis diaria de droga, no piensa ni por asomo regresar al redil familiar y someterse nuevamente al yugo de unos padres extremadamente controladores y desconfiados.

Cuando Lolo consigue localizar a Lena en el aeropuerto de Barajas, tratará por todos los medios de convencerla para que regrese al hogar familiar y para ello, está dispuesto a todo, por lo que no dudará un segundo en subirse con su hermana a un taxi que les llevará directamente a las entrañas de un poblado chabolista donde se vende droga y transitan cuerpos vacíos consumidos por las adicciones.

Nuria Barrios dijo en una entrevista que «Ir a un poblado chabolista es fácil pero entrar y que te dejen estar es casi imposible». Pues eso es justamente lo que hacen Lena y su hermano Lolo dentro de este poblado, tratar de sobrevivir a los peligros que se irán encontrando en la oscura noche.

Amparada en su propia experiencia personal, Nuria Barrios nos describe este poblado chabolista de una manera tan real que reproduce a la perfección la jerga, su estructura y su funcionamiento, los negocios, los clanes, las familias y las relaciones personales que existen en este “inframundo”.

“Todo arde” recrea una historia de rescate donde, al igual que Orfeo desciende al inframundo para intentar rescatar a su amada Eurídice, Lolo acude a un poblado chabolista para intentar rescatar a su hermana Lena de las garras de la droga.

El hecho de que “Todo arde” transcurra una vez entrada la noche hace que la novela se mueva perfectamente en la oscuridad que reina en el poblado, lo que implica tanto para el lector como para sus protagonistas una serie de pérdidas de referencias visuales muy interesantes ya que la noche desorienta y hace que aumente la sensación de pérdida y de vulnerabilidad.

Debemos decir que los personajes de Lolo y Lena, nos han gustado ya que no se trata de personas maltratadas por la vida que se han visto arrastradas a un mundo de perdición por sucesos trágicos, sino que son personas normales con una familia bien estructurada y una vida bastante acomodada, circunstancia que aprovecha Nuria Barrios para mostrarnos la frágil frontera que existe entre la normalidad y el desastre.

Narrada en tercera persona mediante capítulos un tanto largos, “Todo arde” cuenta con un ritmo pausado pero constante donde la autora, a través de una prosa envolvente y trabajada, va dosificando la información de tal manera que el lector nunca pierde el interés por la trama.

“Todo arde” es una novela totalmente recomendable que ofrece una trama novedosa donde el lector se verá arrastrado a un mundo oscuro y descorazonado del que, como Lolo y Lena, querrán escapar.
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La novela de Nuria Barrios nos cuenta la historia de dos hermanos, un viaje a las profundidades del mundo de la drogadicción. Normalmente he leído novelas que me han acercando al mundo del narcotráfico, sin embargo, esta novela está contada desde otro punto de vista. Es el testimonio desgarrador de una familia rota por el mundo de las drogas.

El joven Lolo hará todo lo posible por rescatar a su hermana Lena de un mundo horrible. La historia de transcurre en apenas doce horas, tiempo suficiente para hacernos conocer las vidas que se esconden detrás de uno de los poblados más pobres del mundo de la droga.

Explicando una manera sencilla y bastante dura a través de los dos personajes principales, Lolo y Lena, la autora nos transporta a la vida diaria de un toxicómano. Contado como si fuera un thriller, algo lento en algunos momentos, pero que mantiene un buen ritmo durante casi toda la novela.

Lo que más me ha gustado de la novela son sus personajes principales y es que a pesar de lo que podemos creer los dos hermanos podemos ser cualquiera de nosotros.

El personaje de Lolo hace de nuestros ojos y nos va contando todo lo que sucede en esas pocas horas. Lolo representa la esperanza, esa familia que te tiene la mano en los momentos más difíciles.

Lena es el perfecto reflejo de una persona que no encuentra sentido a su vida, desarraigada de su familia, que hará lo que sea con tal de conseguir su dosis. Nos cuenta lo que es para ella su día a día, lo bajo que ha caído y sus ganas de cambiar, pero que sabe que no es tan fácil.

La figura de los padres es durísima y ha sido una de las que más ha conseguido trasmitirme rabia e impotencia.

Destacó como la autora ha sabido transmitir este mundo. La manera de plasmar tanto el lugar como las personas que habitan en este poblado de chabolas de Madrid lleva detrás una labor de investigación que dota la historia de un gran realismo. La narrativa de la autora hace que toda la novela sea muy descriptiva y te imaginas cada escena.

A pesar de tratar un tema tan delicado, te deja sin habla conocer cada uno de los personajes que habitan en este poblado. Su jerga, sus hábitos y su modo de vida. Desde los gitanos que viven allí hasta cada uno de la de las pobres almas que buscan su dosis diaria.

Y aunque parezca mentira hay escenas que también te arrancan una sonrisa y es que en ciertos momentos siente simpatía por sus personajes secundarios. En otros el ambiente pegajoso de semejante mundo te quita las ganas de seguir leyendo y es que al igual que Lolo intentas comprenderlos.

Con apenas 300 páginas, Nuria Barrios ha sabido remover mi conciencia sobre un tema que gracias a Dios no me toca de cerca. Una novela muy dura sobre un mundo del que muchas veces nos olvidamos.

Nota: 3,5/5
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