Hermanito

Hermanito lo leí a principios de marzo y no os he traído su reseña antes porque no sabía muy bien cómo hablaros de este testimonio. Porque eso es lo que es este libro: el testimonio de Ibrahima, traspasado al papel por Amets Arzallus Antia, en un intento de explicar la historia de Ibrahima, que es, sin duda, la historia de muchos de los inmigrantes que arriesgan su vida en pateras buscando una oportunidad en Europa.

Ibrahima nos cuenta su historia, cómo era su vida en Guinea Conakri, sus sueños de ser conductor de camión y cómo todo se truncó cuando su hermano pequeño desapareció y él decidió ir a buscarlo. Penurias, hambre, miedo, dolor, mafias, estafas y, entre todo ello, un poquito de luz y bondad, de personas buenas que trataron de ayudarle.

Es un libro difícil de leer porque sabes que no es ficción, que es la historia real de alguien y que además, no es algo que pasó hace mucho tiempo, sino que es una realidad que a día de hoy se sigue viviendo. Además, Ibrahima te gana, es todo corazón y bondad, sientes y empatizas con su dolor. Es una lectura dura y desgarradora, que te deja el corazón encogido e intentando comprender que estas cosas sigan pasando en pleno siglo XXI.

Amets hizo un trabajo fabuloso porque, a pesar de que él es quien escribe, haciendo de intermediario entre Ibrahima y el lector, consigue que su presencia no se note. le da voz propia a Ibrahima, transmitiendo sus palabras tal cual te las cuenta y dando la sensación de que es el propio Ibrahima el que está charlando tranquilamente contigo.

Un golpe de realidad, eso es este libro. Una lectura necesaria, un testimonio de los miles que habrá, que no debería caer en el olvido. Porque Ibrahima llegó a Europa pero hay muchos otros que se quedaron por el camino.

El ser humano tiene un poder increíble de adaptación, no solo a lo que le sucede a sí mismo sino a lo que les ocurre a los demás. Después del shock inicial nuestro cuerpo y nuestra mente se acostumbran a esa realidad hasta llegar al punto de que lo que antes era un escándalo ahora no llama para nada la atención, casi que aburre.

En “Hermanito” (Miñán), de Ibrahima Balde y Amets Arzallus Antia, se habla de una forma directa de uno de estos temas normalizados, que ocurren a diario y que observamos cada vez con menos atención: la inmigración procedente de África.

Ibrahima no llega a España huyendo de su país, sino buscando a su hermano, y esa búsqueda le llevará por un camino duro, cruel, inhumano… Un camino en el que descubre el lado más tenebroso del hombre, un lado en el que las personas solo interesan para hacer dinero, como objetos de poco valor, como si cada vida que se esfuma entre sus manos solo fuera humo, brisa, o espuma de mar.

Un libro conmovedor por lo que narra, por el hecho de ser una historia real contada en primera persona, por lo increíble que resulta que haya gente que se dedique a traficar con seres humanos, que se aproveche de la necesidad de los demás, que sea insensible a su sufrimiento.

Como digo, me ha resultado una historia dura, incómoda y triste por su contenido, aunque debo reconocer que no así por su continente. Creo que es un relato en el que se nota demasiado que quien lo transcribe no es novelista, que es alguien que se limita a plasmar en papel las palabras tal y como las dice su protagonista, una historia más testimonial que narrativa, y quizá haya sido esto lo que ha hecho que no me haya calado del todo, que no haya sentido esa parte “artística” que ayuda a que lo sentimental del texto te atraviese.

No obstante, considero que es un texto muy necesario, que nos muestra la realidad de esas cientos de personas que se acercan a diario a nuestras costas, con mayor o menor suerte.

Un libro que hace aflorar la vergüenza por nuestra indiferencia, la alarma por la creciente insensibilización, el remordimiento por no hacer nada al respecto.

“Estoy en Europa pero yo no quería venir a Europa”

¿Cuántas veces hemos visto por televisión imágenes de migrantes llegando a las costas europeas? Ahora bien ¿cuántas veces hemos pensado en los motivos que llevan a una persona a arriesgar su vida para llegar a Europa; en los sufrimientos y penalidades que han pasado hasta poder subir a esas lanchas que llevan la promesa de un futuro mejor?

“Hermanito” es la historia de Ibrahima. Siempre quiso trabajar como camionero en su Guinea natal, pero cuando su hermano pequeño se marcha al norte de África para intentar llegar a Europa y así ayudar a su familia, Ibrahima, consciente de los peligros a los que se enfrenta su hermano, lo deja todo para ir en su busca. Ibrahima no quería venir a Europa, no era su sueño, pero se vio obligado a abandonar su casa para encontrar a la persona que más quería.

“Hermanito” es una historia llena de crudeza y dolor, en la que el sufrimiento de Ibrahima es palpable en cada una de sus palabras. Es inevitable que se te ponga un nudo en la garganta mientras lees su historia porque sabes que lo que te está contando no es simplemente una “historia”, es la realidad de lo que vivió, y que tristemente es la realidad de muchos otros que se quedan por el camino y no pueden llegar a contarla.

Su determinación y el amor por su hermano y su familia son el motor que le impulsa a seguir adelante a pesar de las dificultades e injusticias a las que se enfrenta en su viaje y suponen el contrapunto de luz y esperanza en medio de la tragedia que le rodea.

Al leerlo, uno tiene la sensación de tener a Ibrahima sentado enfrente contándote su historia solo a ti, lo que hizo este libro, si cabe, más especial. No es solo especial por lo que cuenta, si no por cómo lo hace.

“Hermanito” es la historia de Ibrahima, pero al mismo tiempo es la historia de muchos otros que no han tenido voz para poder contar la suya propia.

Lectura obligatoria.

“Todos nuestros torturadores eran civiles, gente como tú y como yo. Los torturados también, mujeres y hombres, todos eran como yo. Nadie había hecho nada para estar allí. Yo fui a Libia a buscar a mi hermano pequeño, todos los demás fueron soñando con un programa para Europa. Pero a ellos todo eso les daba igual” ~ Hermanito de Ibrahima Balde y Amets Arzallus.

Llamémosle “Libro sopapo”, de esos que necesitamos que nos den para despertar en nuestra sociedad apática. Ibrahima no escribe el libro, lo sangra a través de sus palabras que Amets convierte en texto. Juntos narran su viaje desde Guinea Conakry hasta Euskadi; un viaje que no pretendía ser tan largo porque lo que Ibrahima quería era encontrar a su hermano y devolverlo a su tierra y allí animarlo a estudiar.

Sin embargo el camino se hace al andar y los pasos de Ibrahima lo llevaron hacia un camino hacia el que él no esperaba ir –él quería ser conductor de camiones y mantener a su madre y hermanas–; porque la vida se hace viviendo y las vivencias de este joven guineano narradas en este libro le llevaron a experiencias con las que él no contaba y a conocer el significado de palabras que no había escuchado nunca: “naufrage” es una de ellas.

Lo dicho, un “libro sopapo” y además condensado. Solo son 140 páginas que se leen muy bien, casi de un tirón. Imprescindible acompañar a Ibrahima en este recorrido por el desierto, por el bosque y por el mar; imprescindible meditar cada una de sus palabras; imprescindible despertar de nuestra apatía.

No sé si clasificar esta obra como libro o relato, porque es bastante cortito y con letra gigante, pero vamos a lo que vamos.

Ibrahima en esta obra nos relata su vida en Guinea Conakry desde que es pequeño, una vida en la que sale adelante mostrando gran interés por el mundo del motor y la mecánica pero todo cambia cuando su madre le comenta que su hermano ha desaparecido y emprende un viaje para encontrarlo.

Estamos ante una autobiografía en la que Ibrahima va relatando cómo se ha sentido y lo que ha vivido en su periplo por África hasta llegar a Europa. Es una obra llena de sentimientos y de una realidad dolorosa mostrada en sus escasas páginas.

El problema es que yo ya había leído historias similares (por desgracia hay millones de estas historias que se suceden día a día,) y por ejemplo "Viaje al país de los blancos" me trasmitió muchísimo más y no pude evitar comparar.

Pero bueno, es un libro recomendable, con esa sensibilidad que hiere.

…y eso de que la realidad supera a la ficción está más que claro.

La durísima historia de Ibrahima me ha encogido el corazón.
Sobrecogedora e impecable. Lectura imprescindible para conocer la realidad de la migración africana.
Leedlo porque es un libro que te sacude el alma.
“Porque la empatía y un poco de cariño también son necesidades básicas”
Una historia que toda alma debe conocer.

Una historia corta, pero realmente alucinante...como en pocas paginas puedes expresar y sentir tanto...

Empece este libro por recomendación y la verdad es que no se queda atrás, ha sido una historia que me ha conmovido por dentro, una historia dura y lo peor de todo es que es real y que aún sigue pasando...

Según iba leyendo iba sintiendo mucha rabia, mucha pena, porque vivimos en una sociedad horrible, una sociedad que solo ve por el bien suyo y me da mucha rabia.

Creo que todo el mundo debería leer esta historia, tengas hermanos o no los tengas, aunque tengo que decir que es probable que se empatice mucho mas si tienes un hermano pequeño.

Este es un libro que escribe Amets con las palabras de Ibrahima, un chico que abandona Guinea Conakri a la búsqueda de su hermano pequeño. He intentado reseguir el viaje de Ibrahima documentando sus movimientos con el Google Maps, mirando fotos, calculando kilómetros, pero es imposible que desde mi cómoda posición pueda llegar a sentir como se sintió él en todo su periplo. Ibrahima es uno de tantos migrantes que arriesgan su vida al todo o nada y de la misma manera que muchos de los lugares que atravesó no salen ni en los mapas, nosotros los olvidamos, no les vemos, no queremos verlos, les hacemos invisibles. Son un número en las noticias, pero detrás de cada uno de ellos hay una historia de superación.

Hermanito está escrito con un estilo sencillo, sin adornos y directo, intentando respetar la historia contada por Ibrahima. Amets la transcribe fielmente, ya que antes de ser buen escritor, ha sido buen escuchador. Es empático, escucha más allá de las palabras y conecta con Ibrahima. Y en su particular estilo desaparece de la escena narrativa para dar voz a Ibrahima y que no se pierda su historia. Es un libro muy oral, a ratos lo he leído en voz alta. He sentido como si Ibrahima estuviera a mi lado hablando.

Es real y doloroso, pero bello, poético y tierno a pesar de todo. A través de las anécdotas que explica puedes hacerte una idea de cómo es Ibrahima. Tiene un ancho corazón y un largo camino que recorrer para encontrar a su hermanito. Cruza demasiadas fronteras, no solo físicas: las mafias, el desierto, el mar, con algunos amigos y muchos mercaderes de vidas.

Ibrahima explica en el libro: “cuando digo "conciencia", quiero decir la historia de cada uno. Los sueños y las culpas, todo revuelto. Eso es lo que cada uno lleva en silencio, en su propio bosque." 
Yo me preguntó: ¿Qué se esconde en nuestro "bosque"? ¿Qué historia individual y colectiva estamos escribiendo cuando permitimos atrocidades así?
Es inconcebible que todavía siga activo el comercio de esclavos. Son inhumanas las torturas, los asesinatos y los abusos a los derechos humanos. ¿En qué mundo vivimos? ¿Cómo podemos aceptar que pase esto? y lo peor ¿cómo nos hemos acostumbrado a que pase todo esto, sin inmutarnos, viéndolo como algo normal?

Ya sé que por mucho que intente imaginármelo, nunca podré caminar ni un kilómetro en los zapatos de Ibrahima ni de todos los demás que perdieron la vida por el camino. Ibrahima atravesó desiertos y mares en busca de su hermano. Tres años de periplo y ¿yo no seré capaz de cruzar los prejuicios, las etiquetas y las generalizaciones?

En estas 150 páginas está escrita una parte de la historia de Ibrahima y de nuestra historia como sociedad, una sociedad civilizada que da más importancia a los papeles que a las personas, a las fronteras que a las vidas. ¿Hasta cuando podremos acallar nuestra conciencia ?

Yaarama buy, Ibrahima. Eskerrik asko, Amets.

“Estoy en Europa pero yo no quería estar en Europa” puede que se haya convertido ya en uno de los inicios literarios más importantes. Sólo que, esta vez, no es sólo literatura. Ibrahima Balde salió de su país, Guinea, en busca de su hermano pequeño, y cruzó Malí, Argelia, el desierto del Sahara, Libia y el Mediterráneo hasta llegar a nuestro país. En Irún, y gracias a la Red de Acogida de la ciudad, conoció al periodista y bertsolari Amets Arzalluz. Gracias a la transcripción de Amets, su historia ha llegado a todos nosotros en forma de libro: “Hermanito” (“Miñan”), editado por @blackiebooks.

Las palabras de Ibrahima, resultado de la traslación de un relato oral, no pueden ser más expresivas: sus frases cortas y sencillas nos recuerdan que muchas veces no es necesario deslumbrar para atrapar a los lectores el momento en que Alhassane, el hermano de Ibrahima, llamó a casa diciendo que estaba en Libia. Ibrahima, que se había convertido en el cabeza de familia con doce años tras morir su padre, no lo dudó y asumió la responsabilidad de partir a buscarlo.

Por delante, miles de kilómetros de desierto y varios países: primero Malí, luego Argelia y después a Libia. Una vez en Sabratha, ya en Libia, Ibrahima pasó dos meses buscando a su miñan. “Cuando has llegado hasta Marruecos o Libia estás atrapado entre el desierto y el mar, como un animal. No merezco que los ojos de mi madre me miren”. Fue allí donde descubrió que Alhassane, junto a otras 144 que viajaban en una zodiac, se había perdido en el mar.

Situaciones extremas, barbaridades… no tengo casi palabras para definir cómo he vivido la lectura de esta historia. Sólo me gustaría que este libro fuera leído por mucha gente y, sobre todo, por determinadas personas; y una vez leído, que reflexionáramos un poco sobre este mundo en el que vivimos.
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En ocasiones no somos conscientes de la realidad que tenemos solo ha un paso. En mi caso, había normalizado la llegada de pateras a nuestras costas y aunque siempre me preguntaba de que era eso tan oscuro que les hacía exponer su vida en un viaje tan peligroso. Lo que nunca me cuestioné fue que ese viaje donde arriesgaban su vida era su recompensa a un trayecto mucho más tenebroso y arriesgado.

En menos de 150 páginas conoceremos la historia de Ibrahima. Amets recoge en este libro el testimonio de Ibrahima, sin florituras, sin edulcorarlo, tal cual las palabras salieron de su boca están recogidas en este libro. Eso lo hace aún más personal, lo sientes como una confesión de un amigo que se está abriendo en canal contándote los pasajes más duros de su vida.

Una historia que me tuvo en vilo desde su inicio, con un nudo en la garganta constante. Ha sido inevitable coger cariño a Ibrahima, admirable su coraje, su valentía y sus valores como persona pese a vivir en un mundo tan injusto.

Uno de esos libros que aunque hablen de una persona en concreto sirven para dar voz a millones de ellas. Incluidas todas esas historias que se quedan por el camino…