Existe un tipo de perdedores: los que no olvidan, los que esperan que un día, en un callejón oscuro obtendrán su revancha. Mientras tanto, viven una existencia que les recuerda día a día lo que no tendrán, lo que existe, pero no es para ellos. Un escaparate de dulces sin puerta de acceso. Todos hemos perdido alguna vez, todos sabemos lo que es renunciar a algo.