Un reino feliz de Nicholas Avedon
Nadie hace maldades por sí mismo, siempre hay alguna justificación.
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Un reino feliz de Nicholas Avedon
Nadie hace maldades por sí mismo, siempre hay alguna justificación.
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11,4 sueños luz de Nicholas Avedon
…. a pesar de que había dejado el coche aparcado en un parking vigilado, un guardia armado con un rifle de asalto, me indicó que no me saliera del camino protegido por la alambrada electrificada y el muro de vitroacero. Era un túnel transparente, lleno de arañazos y manchas amarillentas que atravesaba una zona deshabitada hasta el depósito de coches. Debajo, protegido por el muro, podía observar a los cientos de pobres desgraciados que se arrastraban entre cartones, basura y cuerpos semidesnudos en trance. La luz artificial de las autopistas que tenían encima, solo servían para ver como la ceniza, el polvo y la suciedad caía casi de forma imperceptible, pero imparable. Solo la lluvia artificial impedía que aquellos miserables se ahogaran enterrados con ella. Uno de ellos saltó hacia mí, y rebotó contra la gruesa pared. Su mirada animal no me asustó. Ya la había visto antes. Daba igual el lugar, la locura siempre se parece. Golpeó la pared con las manos desnudas, hasta dejar rastros de sangre roja en la pared.”
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11,4 sueños luz de Nicholas Avedon
“El cuatro de mayo de 2195, la nave despegó y comenzó su viaje a las estrellas. Pero solo fue el comienzo de la siguiente expedición, Veluss- M2200, con destino a Gliese 674 a quince años luz de nuestro sistema, que despegó tan solo cinco años después. Tras esa, hubo otra, M2205 con destino a Epsilon Indi, a doce años luz de La Tierra. Había planes para una nueva expedición cada cinco años, la siguiente expedición sería lanzada a finales de 2209. Quedaban poco más de nueve meses y el proceso de selección estaba en plena ebullición. Joanne tendría su oportunidad, quizás no hubiera otra. La cuarta expedición, Veluss M2210, tenía como destino el cuarto planeta del sistema Procyon. “
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11,4 sueños luz de Nicholas Avedon
“… teníamos una edad comprendida entre los veinticinco y los treinta y muchos. Ahí se acababan las similitudes, había gente de las cuatro potencias del planeta: la Confederación de Estados Americanos del Norte (EUAN), CEAL, Transrussia, y Europa (incluyendo EcoNorte y EcoSur). Escuchar aquellas historias, aquellos hombres que se habían educado en las mejores universidades del mundo: Buenos Aires, Kioto, Moscú, Nueva York, Estocolmo o Montreal. Era como nombrar platos de comida a un muerto de hambre que se ha pasado la vida mirando un escaparate, hambriento. “
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Lágrimas negras de Brin de Nicholas Avedon
Las residencias de juego siempre le dieron escalofríos. Aquellos edificios estaban repletos de seres humanos que entraban pero nunca salían. La ceniza resultante de incinerar sus cuerpos se tiraba por el desagüe. Resultaba más barato y cómodo. No se engañaba, sabía que ella, algún día, también terminaría en un lugar como aquel. Una torre gigantesca bajo tierra, como un aparcamiento de larga permanencia para seres humanos que ya no quieren seguir siéndolo en la realidad.
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11,4 sueños luz de Nicholas Avedon
Los sueños vívidos .... habían sustituido a la fotografía y al cine. Habían acabado con el teatro y con la publicidad, ahora todo era una mezcla onírica entre lo que veías y lo que deseabas ver, entre lo que percibías y lo que soñabas, fueras consciente o no.
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¿De qué nacionalidad es Edgar Allan Poe?