- Vamos a enfrentarnos a la venganza de un hombre muerto - nos informó-. Para eso habéis sido contratados. Cada uno de vosotros posee una habilidad especial que le hace imprescindible. Ninguno está aquí de sobra ni de más. Antes o después, vuestros conocimientos, destrezas o experiencias nos serán muy necesarios. El señor Ryoei Saito no era un cualquiera. Llegó a tener un poder inmenso en Japón pero nunca dejó de ser un rudo e impetuoso empresario provinciano, un hombre extravagante e independiente. (...) Muy vengativo. Y es a él, a Ryoei Saito en persona a quien nos vamos a enfrentar.