No dura mucho, pues, su regocijo y va cayendo de una en otra pena: pensar que está con otro lo atormenta mucho más que creer que estaba muerta. |
No dura mucho, pues, su regocijo y va cayendo de una en otra pena: pensar que está con otro lo atormenta mucho más que creer que estaba muerta. |
No me siento capaz de ponderaros cuánto se entristeció al ver el castillo, pues si se detenía debería quedarse mucho tiempo con los suyos, y si no parte, el amoroso fuego habrá de consumirla hasta la muerte, y no verá a Rugero ni habrá modo de hacer lo que es preciso en Valleumbroso. |
Cuando se difundió de boca en boca esta aventura por el mundo entero, de todos los países acudían caballeros en busca del escudo, pero ignoraban dónde estaba el bosque y el pozo en el que estaba sumergido, pues la mujer que divulgó aquel acto no quiso desvelar el sitio exacto. |
Dijo que no era cosa muy loable que tantos caballeros fuesen juntos: van en grupo las bestias temerosas (palomas, estorninos, gamos, ciervos), pero el audaz halcón, la altiva águila, el oso, el tigre y el león van solos, pues no precisan del ajeno amparo ni temen a más fieros adversarios. |
Para que no dominen los varones, manda la ley que cada madre tenga uno solo y, si hay más, debe expulsarlo, venderlo, permutarlo o ahogarlo. Y los envían por diversas partes, mandando a quien los lleva que los cambie por hembras y, si no es posible el trueque, que al menos de vacío no regrese. |
Al regresar, después de veinte años de ls guerra de Troya (pues su asedio duró diez y otros diez años pasaron en el contrario mar), los griegos vieron que habían encontrado sus mujeres remedio a los tormentos de la ausencia: eligieron a jóvenes mancebos para templar el frío de sus lechos. |
Las mujeres alcanzan la excelencia en cualquier arte de los que cultivan, y en los libros de historia puede verse que continúa su preclara fama. Por largo tiempo ha carecido el mundo de nuevos casis, pero el mal influjo no es eterno y han sido silenciadas, acaso por la envidia o la ignorancia. |
Decidieron, en fin, echar a suertes cuál de los caballeros mataría en la palestra a aquellos diez guerreros para lidiar después en la otra plaza; con la fuerte Marfisa no contaban, pues opinaban que tropezaría en la segunda justa de la cama: no tenía el perfil para ganarla. |
Pero si entre vosotros hay uno tan animoso y fuerte, que se cree capaz de combatir contra diez hombres de los nuestros y logra darles muerte, y de yacer después con diez doncellas toda la noche haciendo de consorte, él podrá convertirse en nuestro príncipe y todos los demás quedaréis libres. |
El que vive feliz en lo más alto de la rueda no sabe quién lo ama, pues todos sus amigos, verdaderos o falsos, muestran un afecto idéntico. Cuando su situación se vuelve adversa, media vuelta se dan los lisonjeros, pero el que bien lo ama permanece y lo sigue queriendo tras su muerte. |
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises