Orlando furioso, tomo I de Ludovico Ariosto
Al regresar, después de veinte años de ls guerra de Troya (pues su asedio duró diez y otros diez años pasaron en el contrario mar), los griegos vieron que habían encontrado sus mujeres remedio a los tormentos de la ausencia: eligieron a jóvenes mancebos para templar el frío de sus lechos. |