Odín y la Fuente de la Sabiduría

¡Dioses de Asgard! Hoy me habeis entregado a un niño y yo os devuelvo un guerrero. Que sus ojos velen por nosotros. Que sus oidos vigilen por vosotros. Que su corazon palpite por vosotros. Que su mano este siempre presta para unirse a las vuestras y para empuñar la espada contra vuestros enemigos . Y que, si su sangre se derrama en la batalla, sea para regar esta noble tierra por el honor y la gloria de Asgard.

Bien sabe tu padre que ademas de su hijo eres, sin lugar a dudas, el mejor de todos los dioses. Tal vez incluso mejor que el mismo, aunque no quiera reconocerlo.

Parecia que el aciago destino le tendia una trampa de la que quiza no podria escapar, fuera cual fuera su decision.

Nos hablas de un futuro dulce y esperanzador. Y sin embargo, tu voz no refleja esperanza.

Jamas se habia sentido tan desconcertado, tan perdido. Llego a temer, incluso, que sus propios actos pusieran en marcha aquella pesadilla.

Pero ellos, como confidentes del Padre de Todos, son capaces de ver mas alla de todo aquel ajetreo y de los rostros afables. Los cuervos entendian bien el lenguaje de los espiritus y las mentes, y percibian lo que en ellas se mantenia oculto.