Al fin tengo en mis manos la segunda parte de Un verano en Saint Malo que tantas ganas tenía de leer y que me ha llevado a la maravillosa Manhattan a deambular por sus calles y lugares emblemáticos en busca de respuestas para una Clara que necesita encontrar al amor de su vida y descubrir quien es el responsable de la muerte de varios niños que han aparecido con marcas en las manos entre otras cosas. He disfrutado mucho con esta historia que te mantiene pegada a sus páginas todo el tiempo y a pesar de que es el final de esta biología quizás podría dar pie a una continuación ambientada en un 2020 pandémico ...
|