Todas las personas que fui

Tocar fondo es una buena excusa para mirarnos al espejo, entrecerrar los ojos y concentrarnos en averiguar quién es la criatura que vive ahí. ¿De dónde viene? ¿Qué desea? ¿Por qué le duele lo que sea que le duela?

Todas las personas que fui (Random Cómics, 2023), de Alfonso Casas es la historia de un reencuentro. El más esperado por todos y cada uno de nosotros. Ese que hará que nuestro mundo recupere el color después de existir demasiado en blanco y negro, como cuando Dorothy vuela desde Kansas al Technicolor. Acompañar a Alfonso en su viaje interior es una aventura que, en un momento u otro, experimentamos. Y es que la crisis existencial llega sin previo aviso y no importa qué la motive o si jugamos a que no está ahí. Crecer es un ejercicio duro, que requiere de no poco valor y también de la fuerza y de la superación. La resiliencia es un bien escaso, aguantar puede ser un exceso y vivir, en muchos casos, consiste en aprender a aplicarse el "carpe diem" y quererse. Quererse más.

A través de este volumen lleno de belleza, navegaremos hasta el niño que fuimos y les daremos las gracias a todas las versiones de nosotros que ya no seremos. No podrás detenerte hasta la última página.

Hacía tiempo que no me pasaba por eBiblio y me he encontrado con varias novedades interesantes entre las que se encuentra esta. Desde hacía tiempo seguía al autor en redes sociales pero aún no había leído nada suyo, así que este cómic fue la oportunidad para resarcirme.

En esta obra Alfonso Casas aborda una serie de temas que han cobrado gran relevancia en los últimos años, todos ellos referentes a la salud mental. El protagonista es él mismo, y lo que narra es cómo se enfrentó a una crisis creativa importante que tuvo. Antes de llegar al punto de ruptura definitivo, marcado por la aparición del monstruo de la crisis, Alfonso acostumbra a convivir con varios monstruos: el de la autoestima, el del miedo al fracaso, el de la soledad…en su justa dosis, todos ellos tienen cabida en la vida del artista, pero cuando su presencia empieza a ser excesiva, el día a día se puede hacer muy cuesta arriba.

Sin conseguir superar esa pérdida de inspiración, el protagonista se encerrará más y más en sí mismo hasta que sus monstruos deciden darle un toque enviando a la crisis a ayudarle. Porque una crisis también puede ser al catártico, que obligue a la persona a replantearse qué está haciendo con su vida. Desde ese momento Casas irá cavando hacia la raíz del problema, pasando por asuntos importantes como el haberse puesto una meta inalcanzable o pensada para su yo de antes y no para quién es ahora, o por el haber olvidado que tiene que disfrutar de hacer lo que más le gusta.

Durante este proceso de encuentro con sus yo del pasado, Alfonso Casas aprenderá mucho de sí mismo y sobre quién es ahora, un paso importante de cara pensar también en quién puedes convertirte en el futuro. Y creo que esto es algo fundamental para todos, el aprender a perdonarnos por quienes hemos sido o dejado de ser, puesto que mucho de lo que nos atormenta proviene del peso que hemos puesto sobre nosotros mismos en algún momento de nuestra vida.

Llevo siguiendo a Alfonso desde hace algunos años. Me gusta mucho su sensibilidad y la "facilidad" que tiene para plasmar en sus dibujos cosas no tan sencillas.

¡Este último ejemplar salió el pasado jueves y no me ha durado ni 24 horas! Después de "Monstruosamente" y "Las orejas al lobo", donde nos presentó a toda su pandilla de monstruos internos, en "Todas las personas que fui" ha llegado el colofón final. Ese momento temido por todos, pero necesario para crecer: la crisis existencial.

Un volumen lleno de belleza, sensibilidad, matices, un abanico de colores... Un viaje al interior para reconciliarnos con el niño que fuimos y para agradecer a aquellas versiones de nosotros que ya no seremos.

Una vez que comiences a bucear en sus páginas, te atraparán de tal forma, que ya no querrás soltarlo. Un libro altamente recomendable y un autor que, si aún no conoces, estás tardando en hacerlo.

No había leído nada de este ilustrador y me llamó la atención la portada y el título. Este libro es muy intimista, es para mi, muy valiente, porque deja ver que es humano, que ha tenido un bache y que le ha costado salir de él. Me ha parecido que, también, es una forma de sanar haberlo hecho y publicado, te hace pensar un rato.