El Zar Alejandro I visita Inglaterra acompañado de su general, el cosaco Platov, con motivo de esa visita los ingleses le regalan una pulga de acero mecánica que al darle cuerda baila. A la muerte del Zar Alejandro I, la mujer de éste le regala la pulga al hermano de su marido, Nicolás I, quién manda a los artesanos de Tula, crear algo mejor que la pulga para que los ingleses vean que artesanos tienen en Rusia. Este es un cuento lleno de ironía, con un lenguaje sencillo y que se lee de una manera muy ágil. Me ha encantado al ser una lectura muy fresca y que se lee en un momento, dada su corta extensión. |