De amor y de guerra

Barcelona, 1938. Román acaba de perder a sus padres a manos de un bombardero italiano. Su vida se desmorona a su alrededor, pero tiene que seguir adelante y eso hace; por un lado, se une a las actividades propagandísticas de la Generalitat y, por otra, se casa con Beatriz, a quien deja embarazada. A pesar de lo conveniente de su matrimonio —ella es de buena familia—, él no está enamorado de ella. Cuando su relación con la propaganda comienza a ponerle en peligro, idea un plan que le llevará a exiliarse a Francia junto con tres amigos.

Es así como los caminos de Román y Beatriz se separan. Ella se queda en Barcelona, criando al hijo de ambos y preguntándose qué será de su marido. Él, por otro lado, empieza a experimentar en su propia piel lo que es exiliarse y perder la propia patria. En el proceso, conocerá a Teresa, una comunista que lucha a capa y espada por sus ideales y que le robará el corazón.

Al mismo tiempo que seguimos los pasos de Román y Beatriz, conocemos la conflictiva situación que se vive tanto en España como en Europa, con la Guerra Civil ya terminada y la Segunda Guerra Mundial comenzando a gestarse.

De amor y de guerra es una novela de 448 páginas que se divide en 29 capítulos de los que no puedo discernir su longitud, puesto que lo escuché en formato audiolibro.

Cada capítulo está encabezado por el personaje al que seguimos la pista, siendo Beatriz y Román los dos puntos de vista que conocemos. de este modo, sabemos cómo avanzan sus historias al mismo tiempo que conocemos los conflictos históricos que tienen lugar en España y Francia. Precisamente esto, la doble ambientación me ha parecido uno de los puntos fuertes de la obra, ya que ofrece una panorámica histórica muy amplia y rica de los años después de la Guerra Civil española.

El ritmo me ha resultado bastante lento porque había capítulos en los que no pasaba nada o de los que se podría haber sacado más partido, a mi parecer. En ningún momento sentí verdadero interés en seguir escuchando el audiolibro; no sufría al darle a reproducir, pero a diferencia de otras obras ambientadas en el mismo periodo —uno de los que más he leído y más me gustan leer—, en este caso no me han despertado las ganas de conocer el destino de los personajes.

La pluma de la autora no me ha parecido mala en sí, pero había puntos de la trama en la que la narración de los hechos históricos me parecía forzada, como si estuviera soltando en medio del argumento información sin más pretensión que "enseñar" lo que ocurrió, no como parte de la novela, sino como elemento educativo. Había pasajes que sentía que estaba en una clase de historia, en lugar de estar leyendo ficción. Cuando leo este tipo de novelas, me gusta que la parte documental quede más difuminada y menos «metida con calzador».

Los personajes de de amor y de guerra han sido lo que me han hecho dar una mala nota al libro. Soy perfectamente consciente de que no hace falta empatizar con los personajes de una obra para considerarla una buena novela, pero en este caso, más allá de cómo me hayan caído, siento que no se han construido bien y que pecan de poca coherencia en muchas de sus acciones, especialmente el protagonista masculino.

La forma de construir a Román, a quien personalmente no he podido soportar en ningún momento de la novela, me ha parecido muy desacertada. Cuando leo sobre la Guerra Civil española y por lo que sufrieron los españoles durante esta época, espero poder empatizar con los personajes o, al menos, entender sus decisiones. El odio que me ha generado él ha hecho que la novela pierda para mí todo el encanto. El hecho de que se desentienda no solo de Beatriz cuando se va —cosa que no comprendo, incluso sin estar enamorado tiene una responsabilidad para con ella— no tiene perdón, pero que no intente por todos los medios saber algo de su hijo... Inadmisible. Tampoco es sincero con Teresa, cuando tiene muchísimas oportunidades para contarle su verdad. Me ha resultado un personaje muy egoísta a lo largo de toda la novela, muchas de sus acciones eran inexcusables.

Beatriz ha sido la otra cara de la moneda. Es el mejor personaje de de amor y de guerra con diferencia. Pese a partir de una situación privilegiada —su padre es un reputado abogado y pertenece al bando de los vencedores—, se ha labrado su futuro con su propio esfuerzo. Es determinada, inteligente y quiere muchísimo a su hijo Paquito. Aunque no tiene señales de Román desde que se fue, le sigue esperando y pensando en él.

De Teresa me ha fascinado lo férrea que es su postura ideológica. Aunque al principio no me gustó nada su carácter, poco a poco le fui cogiendo cariño y comprendí por qué actuaba como actuaba. al igual que Román, ella guarda secretos que no quiere confesar.

De los demás personajes, me hubiese gustado que la autora profundizara más en Paquito y sus sentimientos. Si bien es cierto que sí conocemos cómo se siente acerca de su padre, me ha faltado que quedara más retratada la relación con su madre.

Uno de los aspectos más interesantes de la trama de de amor y de guerra es su contexto histórico, ya que en lugar de presentarnos solo la posguerra, retrata también la Segunda Guerra Mundial y cómo afectó tanto a España como a otros países de Europa como Francia. Este es el primer libro que leo en el que confluyen ambos eventos y me ha resultado sumamente interesante contar con la perspectiva desde España y desde Francia con el punto de vista de exiliados españoles.

También me ha gustado que no se impone ninguna postura política. La mayoría de los libros que he leído ambientados en la Guerra Civil española y en la posguerra, se sitúan claramente en un bando o en otro. Aunque personalmente sé perfectamente en qué bando hubiera estado, me ha encantado que la autora haya planteado los claroscuros tanto de los vencedores como de los perdedores, puesto que en una guerra nada es blanco o negro, hay muchos matices ineludibles.

Me ha faltado profundización en temas tan interesantes como el exilio. Este tópico se toca por encima, pero el personaje que lo sufre en primera carne, Román, no termina de sentir esa falta de raíces, por lo que su punto de vista no ahonda en la falta de patria tan propia de los exiliados en tiempos de guerra.

El final me ha parecido incoherente e injusto, teniendo en cuenta las decisiones que han tomado algunos personajes a lo largo de toda la historia y que, al final, no tienen ningún impacto negativo ni son recriminados de forma alguna.

En definitiva...

De amor y de guerra es una novela que transcurre a caballo entre España y Francia en años tan convulsos como los de la posguerra y la Segunda Guerra Mundial. Contada a dos voces, la de Román, quién se va, y Beatriz, quien se queda, el lector conoce cómo se vivió la situación en el país y también como la vivieron los exiliados españoles que, por razones ideológicas, tuvieron que marcharse de su tierra. A destacar de la historia, el hecho de que la autora no impone ninguna postura política, sino que presenta los claroscuros de ambos bandos. A señalar como negativo, la incoherencia y egoísmo con los que actúa el protagonista masculino, quien no genera ningún tipo de simpatía. En resumidas cuentas, se trata de un libro que recomendaría a los lectores que disfruten de las historias ambientadas en este período histórico.

Un retrato impactante de la guerra civil narrado desde la emoción y el amor.
Román y Beatriz son una joven pareja de diferente clase social que ve cómo se rompe su juventud cuando estalla la guerra y deben adaptarse a una realidad cruda y difícil. Él cómo refugiado en Francia y ella, en su Barcelona natal. Esta es la trama principal con la que Pilar Eyre nos traslada a los años de la guerra civil española y de la posguerra con de amor y de guerra.
Pilar tratará temas como el exilio o como personas que sin tener nada que ver con la política tuvieron que luchar en uno de los dos bandos y asumir en todo lo que ocurrió después.
Dos vidas marcadas y truncadas. Román, quien se casó pese a no estar enamorado con Beatriz, una joven de buena familia con la que tiene un hijo. Pero con la caída de Cataluña, todo su mundo se viene abajo y se ve obligado a tomar el camino del exilio donde muchas cosas cambiarán en su biografía, con daños colaterales para la familia que dejó al otro lado de la frontera.
Con un narración y una documentación excelentes, Pilar vuelve a mostrar esa magnifica manera de construir unos personajes emotivos y realistas que hace que empatices con cada uno de ellos, sintiendo sus miedos y sus frustraciones con total realismo.
Pilar hace hincapié a las grandes perdedoras de la contienda que no fueron otras que esas mujeres, ellas quedaron solas y tuvieron que salir adelante haciéndose cargo de hijos y en ocasiones de padres mayores pero siempre en un segundo plano ya que estaban vetadas casi para todo por el hecho de ser mujer.
En conclusión, de amor y de guerra es una novela conmovedora que nos refleja la vida dura de muchas personas cotidianas en el horror de la guerra y de los años que le siguieron.