Lolita de Vladimir Nabokov
Nos queríamos con amor prematuro, con la violencia que a menudo destruye vidas adultas. Yo era un muchacho fuerte y sobreviví; pero el veneno estaba en la herida y la herida permaneció siempre abierta.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Nos queríamos con amor prematuro, con la violencia que a menudo destruye vidas adultas. Yo era un muchacho fuerte y sobreviví; pero el veneno estaba en la herida y la herida permaneció siempre abierta.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
No podía matarla a ella, desde luego como habrán pensado algunos. ¿Comprenden ustedes? La quería. Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista.
|
Opiniones contundentes de Vladimir Nabokov
Que la necia Muerte en Venecia de Thomas Mann o las crónicas con barbas de maíz de Faulkner puedan considerarse obras maestras es un error absurdo. Creo que Salinger y Updike son los mejores artistas norteamericanos de los últimos años.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Pienso que todo es una cuestión de amor; cuanto más amas a un recuerdo, más fuerte y extraño es.
|
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Y hoy me sorprendo pensando que nuestro largo viaje no había hecho otra cosa que ensuciar con un sinuoso reguero de fango el encantador, confiado, soñador, enorme país que entonces, retrospectivamente, no era para nosotros sino una colección de mapas de puntas dobladas, libros turísticos estropeados, neumáticos gastados y sus sollozos en la noche- cada noche, cada noche- no bien me fingía dormido
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Comprenden ustedes? La quería. Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista
|
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Es extraño que el sentido del tacto, tan infinitamente menos precioso para los hombres que la vista, se convierta en los momentos críticos en nuestro principal –si no único– asidero de la realidad.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
(…) y en la cúspide misma de esa ternura humana, agonizante, generosa –mi corazón estaba pendiente de su cuerpo desnudo, ya en vías de arrepentimiento–, súbitamente, irónicamente, horriblemente, el deseo se henchía de nuevo y... oh, no, decía Lolita con un suspiro al cielo, y un momento después la ternura y el azul… todo estallaba.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Te quería. Era un monstruo pentápodo, pero te quería. Era despreciable y brutal, y depravado y cuanto podía imaginarse, mais je t’aimais, je t’aimais! Y había momentos en que sabía cuanto pasaba por ti, y saberlo era el infierno (…)
|
Lolita de Vladimir Nabokov
No puedo describir exactamente esa expresión… Una expresión de desamparo tan perfecto que parecía diluirse hacia una apacible vacuidad, precisamente porque ése era el límite mismo entre la injusticia y la frustración –y cada límite presupone algo tras él–; de allí la iluminación neutra.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Pero, ay, me sentía incapaz de trascender el simple hecho humano de que ningún solaz espiritual que pudiera encontrar, ninguna eternidad litofánica que pudiera entregárseme, nada podía hacer que mi Lolita olvidara la insensata lujuria que le había contagiado.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Y al fin me encontré en medio de la llovizna del día moribundo, con los limpiaparabrisas en pleno funcionamiento, pero incapaces de detener mis lágrimas.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Poco importa que sus ojos se marchitaran en los de un pez miope, que sus pezones se hincharan y rajaran, que su triángulo delicado, encantador, aterciopelado, joven, se ensuciara y desgarrara… aun así me enloquecería de ternura con sólo ver tu querido rostro pálido con sólo oír tu voz juvenil y ronca, mi Lolita.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
La miré y la miré, y supe con tanta certeza como que me he de morir, que la quería más que a nada imaginado o visto en la tierra, más que a nada anhelado en este mundo. No era sino el vago humo violeta, el eco muerto de la nínfula sobre la cual me había arrojado con tales gritos en el pasado; un eco a la orilla de un barranco rojo, con un bosque lejano bajo un cielo blanco, y hojas pardas ahogándose en el arroyo, y un último grillo sobre la crespa maleza…, pero gracias a Dios, no era sólo ese eco lo que yo había venerado. Lo que yo solía acariciar entre las zarzas enmarañadas de mi corazón, mon grand péché radieux, se había agostado: vicio estéril y egoísta, yo lo anulaba, lo maldecía.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Y durante un momento –cosa extraña, el único compasivo, soportable (…)– nos miramos llenos de ira, como si aún hubiera sido mía.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
(…)la mente no es consciente sólo de la materia sino de su propio ser, creando así un circuito continuo entre dos polos: el futuro almacenable y el pasado almacenado.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Me enorgullezco lo bastante de saber algo como para mostrarme modesto por no saber nada.
|
Lolita de Vladimir Nabokov
Pero todo eso no era nada, absolutamente nada, comparado con el indescriptible rapto que me producían sus partidos de tenis, la sensación delirante de mecerme en el borde mismo de un orden y un esplendor celestiales.
|
¿De qué nacionalidad es el autor de esta novela?