En esta novela, Viveca Sten enlaza de forma magistral historias del pasado con otras del presente. Se trata de una historia que está perfectamente a la altura de las de otras autoras nórdicas mucho más reconocidas.
Como sucede con la mayoría de las novelas negras nórdicas que he leído, en esta también encontramos una trama principal (y que suele dar nombre a la propia novela) y unas historias secundarias que comenzaron con la primera obra de la autora y que se mantienen en todas las siguientes. Estas historias en segundo plano son, en mayor medida, la del inspector Thomas Andreasson y la de Nora Linde.
La trama de esta novela comienza cuando aparece el cadáver ahorcado de un joven estudiante de psicología. Todo parece apuntar a que Marcus Nielsen no tenía ningún motivo para suicidarse, sin embargo, dejó una carta de despedida. La convicción de su familia de que su muerte ha sido involuntaria y la desaparición de su ordenador harán que el inspector Andreasson decida profundizar un poco más en el caso. Este fallecimiento no será el único, no obstante, el resto parecerán totalmente desvinculados del primero tanto por la edad de los muertos como por las circunstancias en las que lo han hecho.
En lo relativo a los personajes, esta es la cuarta novela que leo de la autora, por lo que algunos de ellos ya son viejos conocidos para mí. Si tengo que destacar a alguno de ellos, evidentemente, destaco a Thomas Andreasson, quien aunque ha tenido una vida complicada, ahora todo parece ir a su favor junto a su mujer Pernilla; y a Nora Linde, una mujer capaz de crecerse ante la adversidad y que será capaz de hacer eso que a veces tanto nos cuesta: dejarse llevar por el corazón en lugar de por la cabeza.
En cuanto a la forma de presentar la novela, la autora utiliza la analepsis, por lo que nos hace viajar hasta los años 1976 y 1977 de forma intercalada con capítulos narrados en el presente. Estas historias pasadas son especialmente duras, pero ilustran a la perfección lo que debieron vivir sus personajes. Por otra parte, la novela se divide en capítulos muy cortos, lo que hace que te enganche con facilidad y que se lea sin apenas darte cuenta.
En definitiva, es una novela negra altamente recomendable para los amantes del género.
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