Construir al enemigo de Umberto Eco
Victor Hugo no era un loco que se creía Victor Hugo; Victor Hugo solo se creía Dios, o por lo menos su intérprete autorizado.
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Construir al enemigo de Umberto Eco
Victor Hugo no era un loco que se creía Victor Hugo; Victor Hugo solo se creía Dios, o por lo menos su intérprete autorizado.
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Construir al enemigo de Umberto Eco
Y poco nos importa que el universo se regenere tras nuestro holocausto, porque no será el nuestro.
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Construir al enemigo de Umberto Eco
Debe haber un modo en el que están o van las cosas; y la prueba es no solo que todos los hombres son mortales sino también que, si intento pasar a través de una pared, me rompo el tabique nasal. La muerte y esa pared son la única forma de absoluto de la que no podemos dudar.
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Construir al enemigo de Umberto Eco
La verdad se convierte entonces en «una multitud movible de metáforas, metonimias y antropomorfismos», de invenciones poéticas que sucesivamente se han envarado en conocimiento, «ilusiones que se han olvidado que lo son».
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Construir al enemigo de Umberto Eco
Tener un enemigo es importante no solo para definir nuestra identidad, sino también para procurarnos un obstáculo con respecto al cual medir nuestro sistema de valores y mostrar, al encararlo, nuestro valor
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Apostillas a el nombre de la Rosa de Umberto Eco
La idea de esta novela me vino casi por casualidad y me gustó, porque la rosa es una figura simbólica tan densa de significados que ya no tiene casi ninguno más...
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
Tal es la magia de las lenguas humanas, que a menudo, en virtud de un acuerdo entre los hombres, con sonidos iguales significan cosas diferentes. Frase extraída del libro "El nombre de la rosa" |
nombre de la rosa, e de Umberto Eco
Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues este penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas.
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
"¿Qué es el amor? Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechosa como el amor, pues éste penetra en el alma más que cualquier otra cosa."
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
"Me faltó coraje para hurgar en las debilidades de los malvados, porque comprendí que son las mismas debilidades de los santos"
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
"Es, o ha sido, en muchos aspectos, un gran hombre —dijo Guillermo—. Pero precisamente por eso es extraño. Sólo los hombres pequeños parecen normales"
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
"Tal es la fuerza de la verdad, que, como la bondad, se difunde por sí misma"
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
"La verdad antes de manifestarse a cara descubierta, se muestra en fragmentos"
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
"Un buen cristiano puede aprender a veces incluso de los infieles"
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La misteriosa llama de la reina Loana de Umberto Eco
¿Pero qué sabe la ciencia de las astucias del cuerpo?
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Migración e intolerancia de Umberto Eco
"El racismo nace de un «casi» y a partir de ese «casi» prospera".
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues este penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues éste penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas
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El nombre de la rosa de Umberto Eco
-Es un hombre... extraño- me atreví a decir. -Es, o ha sido, en muchos aspectos, un gran hombre- dijo Guillermo-. Pero precisamente por eso es extraño. Solo los hombres pequeños parecen normales. |
¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?