Sinsajo de Suzanne Collins
Cada mañana salgo de una pesadilla y descubro que lo de fuera no es mejor
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Sinsajo de Suzanne Collins
Cada mañana salgo de una pesadilla y descubro que lo de fuera no es mejor
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Sinsajo de Suzanne Collins
Se convierte en una metáfora de mi situación: yo soy Buttercup, y Peeta, la persona a la que tan desesperadamente quiero poner a salvo, es la luz. Mientras el gato crea que tiene una oportunidad de capturar la escurridiza luz con sus patas, estará encrespado. Cuando la luz se apaga del todo, Buttercup se siente angustiado y desconcertado durante un segundo, pero se recupera y pasa a otra cosa. Sin embargo, lo que de verdad hace que el gato se vuelva loco es dejar la luz encendida, peor en un punto fuera de su alcance, en lo alto de la pared, donde no llega saltando.
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Sinsajo de Suzanne Collins
-Te cuesta la vida. -Oh no, te cuesta mucho más que la vida. ¿Matar a gente inocente? Te cuesta todo lo que eres. |
Los juegos del hambre de Suzanne Collins
En el Capitolio tienen cirujanos que hacen a la gente más joven y delgada, mientras que, en el Distrito 12, parecer viejo es una especie de logro, ya que muchos mueren jóvenes. Si ves a un anciano te dan ganas de felicitarlo por su longevidad, de preguntarle el secreto de la supervivencia. Todos envidian a los gorditos, porque su aspecto significa que no han tenido problemas para comer, como la mayoría de nosotros. Aquí es distinto: las arrugas no son deseables, y una barriga redonda no es símbolo de éxito.
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En llamas de Suzanne Collins
En algún momento tienes que parar de correr, girarte y encararte a lo que sea que te quiere muerta. Lo difícil es encontrar el coraje para hacerlo.
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En llamas de Suzanne Collins
-Sin embargo, me parece que si conocía a Rue, y ella siempre estará conmigo. Todas las cosas bellas me la recuerdan. La veo en las flores amarillas que crecen en la pradera, junto a mi casa. La veo en los sinsajos que cantan en los árboles. Y, sobre todo, la veo en mi hermana, Prim. -No me fío mucho de mi voz, pero casi he terminado-. Gracias por vuestros hijos -digo, y levanto la barbilla para dirigirme a la multitud-. Y gracias a todos por el pan. Me quedo donde estoy, sintiéndome rota y pequeña, con miles de ojos clavados en mí. Después de una larga pausa, alguien entre la multitud silba la melodía de cuatro notas de Rue, la que repitieron los sinsajos, la que marcaba el final del día de trabajo en los huertos, la que en la arena significaba que estábamos a salvo. |
En llamas de Suzanne Collins
- Sólo quiero pasarme cada posible minuto del resto de mi vida contigo.
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Los juegos del hambre de Suzanne Collins
¿Sabes lo que dijo mi madre? “El distrito 12 por fin tendrá un ganador”, pero no se refería a mí. Se estaba refiriendo a ti.
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En llamas de Suzanne Collins
El bosque siempre ha sido nuestro lugar seguro, nuestro lugar fuera del alcance del Capitolio, donde teníamos libertad para decir lo que quisiéramos, para ser quienes éramos en realidad. Al menos antes de los juegos.
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En llamas de Suzanne Collins
No hace falta, mis pesadillas suelen ser sobre perderte, así que se me pasa cuando me doy cuenta de que estás a mi lado.
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En llamas de Suzanne Collins
El pájaro, el broche, la canción, las bayas, el reloj, la galleta, el vestido que estalló en llamas. Yo soy el sinsajo. La que sobrevivió a pesar de los planes del Capitolio, el símbolo de la rebelión
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Sinsajo de Suzanne Collins
Somos seres inconstantes y estúpidos con mala memoria y un don para la autodestrucción.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Por fin me ve como soy en realidad: violenta, desconfiada, manipuladora y letal. Y lo odio por ello.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Cuesta mucho más que la vida. ¿Matar a gente inocente? Te cuesta todo lo que eres.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Sigues intentando protegerme. ¿Real o no? —susurra. —Real —respondo; quizá deba explicarlo mejor—. Porque eso es lo que nosotros dos hacemos: nos protegemos el uno al otro.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Y, de repente, es como si no existiera nadie más en el mundo que estas dos personas que atraviesan el espacio para encontrarse. Chocan, se abrazan, pierden el equilibrio, se dan contra una pared y allí se quedan, convertidos en un solo ser indivisible.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Eres pintor. Eres panadero. Te gusta dormir con las ventanas abiertas. Nunca le pones azúcar al té. Y siempre la haces dos nudos a los cordones de los zapatos. Katniss a Peeta |
Sinsajo de Suzanne Collins
Qué te había juzgado mal, que sí que lo querías. No diga que fuera de una forma o de otra quizá ni tú lo sepas, pero cualquiera que prestara atención se habría dado cuenta de lo mucho que te importaba. Finnick a Katniss |
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?