Sinsajo de Suzanne Collins
Se convierte en una metáfora de mi situación: yo soy Buttercup, y Peeta, la persona a la que tan desesperadamente quiero poner a salvo, es la luz. Mientras el gato crea que tiene una oportunidad de capturar la escurridiza luz con sus patas, estará encrespado. Cuando la luz se apaga del todo, Buttercup se siente angustiado y desconcertado durante un segundo, pero se recupera y pasa a otra cosa. Sin embargo, lo que de verdad hace que el gato se vuelva loco es dejar la luz encendida, peor en un punto fuera de su alcance, en lo alto de la pared, donde no llega saltando.
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