Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
el espectáculo no se acaba hasta que canta el sinsajo.
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Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
el espectáculo no se acaba hasta que canta el sinsajo.
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Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
—La controlamos —dijo en voz baja—. Si es imposible acabar con la guerra, tenemos que controlarla de manera indefinida. Como hacemos ahora. Con los agentes de la paz ocupando los distritos, leyes estrictas y recordatorios de quién está al mando, como los Juegos del Hambre. En cualquier caso, siempre es preferible tener el control, ser el vencedor y no el vencido. —Aunque, en nuestro caso concreto, sea mucho menos ético —masculló Sejanus. —No es poco ético defendernos —replicó Livia—. ¿Y quién no prefiere ganar a perder? —Creo que a mí no me apetece demasiado ninguna de las dos cosas —respondió Lysistrata. |
Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Me da igual lo que diga, no tienen derecho a matar de hambre a la gente ni a castigarla sin motivo. No tienen derecho a arrebatarle la vida y la libertad. Todos nacemos con esas cosas y nadie tiene derecho a robárnoslas. Ganar una guerra no les da ese derecho. Tener más armas no les da ese derecho. Ser del Capitolio no les da ese derecho.
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Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
¿Qué son las mentiras, sino intentos por ocultar algún tipo de debilidad?
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Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Los actos eran más elocuentes que las palabras, en cualquier caso.
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Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Su colorido conjunto llamaba la atención, como una mariposa deslucida en un campo de polillas.
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Los juegos del hambre de Suzanne Collins
Las reglas de los Juegos del Hambre son sencillas: en castigo por la rebelión, cada uno de los doce distritos debe entregar a un chico y una chica, llamados tributos, para que participen. Los veinticuatro tributos se encierran en un enorme estadio al aire libre en la que puede haber cualquier cosa... Mirad cómo nos llevamos a vuestros hijos y los sacrificamos sin que podáis hacer nada al respecto. Si levantáis un solo dedo, os destrozaremos a todos, igual que hicimos con el Distrito 13.
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Los juegos del hambre de Suzanne Collins
Primero una persona, después otra y, al final, casi todos los que se encuentran en la multitud se llevan los tres dedos centrales de la mano izquierda a los labios y después me señalan con ellos. Es un gesto antiguo (y rara vez usado) de nuestro distrito que a veces se ve en los funerales; es un gesto de dar gracias, de admiración, de despedida.
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Los juegos del hambre de Suzanne Collins
No quiero que me cambien ahí fuera, que me conviertan en una especie de monstruo, porque yo no soy así.
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Los juegos del hambre de Suzanne Collins
Hasta el día de hoy, no he sido capaz de romper la conexión entre este chico, Peeta Mellark, el pan que me dio esperanza y el diente de león que me recordó que no estaba condenada.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Solo queda una cosa que puedas hacer para avivar la rebelión. —Morir —respondo en voz baja. —Sí, darles un mártir por el que luchar. Pero eso no pasará bajo mi mando, soldado Everdeen. Me he propuesto que disfrutes de una larga vida.
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Sinsajo de Suzanne Collins
El presidente Snow solía... venderme..., vender mi cuerpo, quiero decir —empieza con voz monótona y distante—. Y no fui el único. Si pensaban que un vencedor era deseable, el presidente lo ofrecía como recompensa o permitía que lo comprasen por una cantidad de dinero exorbitante. Si te negabas, mataba a algún ser querido. Así que lo hacías.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Sigues intentando protegerme. ¿Real o no? —susurra. -Real —respondo; quizá deba explicarlo mejor—. Porque eso es lo que nosotros dos hacemos: nos protegemos el uno al otro. |
Sinsajo de Suzanne Collins
Y, de repente, es como si no existiera nadie más en el mundo que estas dos personas que atraviesan el espacio para encontrarse. Chocan, se abrazan, pierden el equilibrio, se dan contra una pared y allí se quedan, convertidos en un solo ser indivisible.
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En llamas de Suzanne Collins
Ni viviendo cien vidas llegarías a merecerte a ese chico. Lo sabes, ¿no?
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En llamas de Suzanne Collins
El bosque siempre ha sido nuestro lugar seguro, nuestro lugar fuera del alcance del Capitolio, donde teníamos libertad para decir lo que quisiéramos, para ser quienes éramos en realidad. Al menos antes de los juegos.
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En llamas de Suzanne Collins
El pájaro, el broche, la canción, las bayas, el reloj, la galleta, el vestido que estalló en llamas. Yo soy el sinsajo. La que sobrevivió a pesar de los planes del Capitolio, el símbolo de la rebelión.
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Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Los Snow siempre caen de pie.
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Los juegos del hambre. Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
- "Menudo lujo tener basura". - "La buena suerte es algo que hay que ganarse un día tras otro, en vez de darla por sentado". |
Gregorio Samsa es un ...