Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Apretó los dientes, deseando que se le parara el corazón de inmediato, porque el mundo y él habían roto relaciones y tocaba despedirse
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Apretó los dientes, deseando que se le parara el corazón de inmediato, porque el mundo y él habían roto relaciones y tocaba despedirse
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
L’ambició l’empeny. La competició l’arrossega. Però el poder té un preu. |
Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Los cerebros jóvenes a veces compensan la falta de experiencia con su idealismo. Nada les parece imposible.
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Bueno, ya sabes lo que dicen: el espectáculo no se acaba hasta que canta el sinsajo.
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Creo que los seres humanos poseemos una bondad natural. Lo comprendes cuando cruzas la línea que te separa del mal, porque, a partir de ahí, el mayor reto de tu vida es quedarte en el lado correcto y no volver a cruzarla.
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Un pájaro negro, un poco más grande que los charlajos, abrió de repente las alas y dejó al descubierto dos manchas de un blanco deslumbrante mientras alzaba el pico para cantar. Coriolanus estaba convencido de haber visto su primer sinsajo y lo odió al instante.
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Sin la amenaza de la muerte, la lección no habría sido la misma.
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
La valentía era imprescindible en la batella por culpa de los frecuentes planes fallidos que elaboraban otras personas.
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
No tienen derecho a arrebatarte la vida y la libertad. Todos nacemos con esas cosas y nadie tiene derecho a robárnoslas. Ganar una guerra no les da ese derecho.
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Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
Su miedo era algo que guardaba para él, no un espectáculo público.
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Los juegos del hambre de Suzanne Collins
—Bueno, a ver… Supongo que el primer día de clase. Teníamos cinco años y tú llevabas un vestido de cuadros rojos y el pelo…, el pelo recogido en dos trenzas, en vez de una. Mi padre te señaló cuando esperábamos para ponernos en fila. —¿Tu padre? ¿Por qué? —Me dijo: «¿Ves esa niñita? Quería casarme con su madre, pero ella huyó con un minero». |
Los juegos del hambre de Suzanne Collins
A veces, a las personas les ocurren cosas que no están preparados para afrontar.
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En llamas de Suzanne Collins
Por el rabillo del ojo veo que Peeta me ofrece la mano y lo miro, vacilante.- ¿Una última vez? ¿Para la audiencia? - me dice, no en tono enfadado, sino hueco, lo que es mucho peor.El chico del pan empieza a alejarse de mí.Lo cojo de la mano con fuerza, preparándome para las cámaras y temiendo el momento en que no me quede más remedio que dejarlo marchar.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Por muy mal que te haga sentir, vas a matar a otros seres humanos, porque la arena sólo te permite un deseo, y es un deseo muy caro. Te cuesta la vida.
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En llamas de Suzanne Collins
Katniss Everdeen, la chica en llamas, ha encendido una chispa que, si no se apaga, podría crecer hasta convertirse en el incendio que destruya Panem.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Asi que, despues, cuando me susurra: -Me amas. ¿Real o no? Yo respondo: -Real. |
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Sinsajo de Suzanne Collins
¡El fuego se propaga! -grito, decidida a que oiga todas y cada una de mis palabras-. ¡Y si nosotros ardemos, tu arderas con nosotros!
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?