|
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
El estar siempre entregados a hacer algo despeja de nuestro alrededor los pensamientos más peligrosos. Las cosas crecen y las miramos crecer con satisfacción, todo aquello que concluye y se derrumba ha de mantenerse lejos de nuestra mirada.
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
La vida no es un recorrido rectilíneo, sino un círculo. Puedes agitarte cuando quieras, pero después regresas exactamente al mismo sitio.
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
La razón debería encargarse de dar un sentido a las cosas, pero contra el instinto la razón pierde siempre y así prosigue el mundo con su inevitable secuela de miserias y arrepentimientos.
|
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
Vacación significaba observar cada cosa desde el exterior. Dispensar la benévola compasión de quien sabe que ya se encuentra a salvo.
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
Por el momento tú solo sabes que eres diferente, y este ya es un punto muy importante. Prosigue sin ceder, viviendo fuera de los carriles, y verás que tarde o temprano tu vocación te saldrá al encuentro.
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
En este mundo no hay que demonizar nada. Las cosas no valen por sí mismas, sino por aquello para lo que sirven.
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
En el fondo, decía para mis adentros, crear al hombre no había sido una buena idea. Tenerlo ahí merodeando por la Tierra equivalía a incubar en el pecho una víbora. Desde que el mundo existía, los animales hacían siempre las mismas cosas: nacían, se emparejaban, atendían a sus cachorros, alimentaban a las hienas, a los cuervos, a los saprófitos, a la tierra y a las flores que crecían sobre esta. Jamás había habido un oso o un león que planificase la destrucción. El hombre, en cambio, lo ha hecho desde el primer momento, o casi.
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
Creciendo en el terror aprendí que, al final, también el terror termina por aburrir.
|
Anima mundi de Susanna Tamaro
La muerte es una especie de ficción, porque nunca se muere uno para siempre.
|
Donde el corazón te lleve de Susanna Tamaro
No lo hice, en cambio: por cobardía, pereza y falso sentido del pudor obedecí su orden. Yo había detestado la invasividad de mi madre, quería ser una madre diferente, respetar la libertad de su existencia. Detrás de la máscara de la libertad se esconde frecuentemente la dejadez, el deseo de no implicarse. Hay una frontera sutilísima; atravesarla o no atravesarla es asunto de un instante, de una decisión que se asume o se deja de asumir; de su importancia te das cuenta sólo cuando el instante ya ha pasado. Sólo entonces te arrepientes, sólo entonces comprendes que en aquel momento no tenía que haber libertad, sino intromisión: estabas presente, tenías conciencia, de esa conciencia tenía que nacer la obligación de actuar.
|
Una gran historia de amor de Susanna Tamaro
Las cosas viven en su verdad cuando tienen tiempo para madurar por dentro no cuando se les pone un nombre.
|
Una gran historia de amor de Susanna Tamaro
Las mentiras son como un boomerang - fue tu respuesta - las lanzas, te olvidas y cuando menos te lo esperas dan la vuelta y te golpean en la nuca.
|
Una gran historia de amor de Susanna Tamaro
La vida es demasiado complicada, basta con moverse un poco para hacerle daño a alguien.
|
Una gran historia de amor de Susanna Tamaro
Lo no dicho crecía, era como si entre nosotros hubiese una finísima capa de hielo, cuyo grosor, semana tras semana, iba en aumento.
|
Una gran historia de amor de Susanna Tamaro
Las huellas de tus pasiones siguen por doquier, paquetes de té de los que habrá por lo menos diez. Cojo al azar uno que es muy oscuro y tiene un sabor ahumado. Tenías la costumbre de dejar preparada por la noche la mesa para el desayuno del día siguiente. -- ¿Y eso para qué? - te pregunté poco después de mudarnos a la isla - Total, si apenas desayunamos un café y un té. -- Porque es un ejercicio de esperanza. -- ¿Qué tiene que ver la esperanza con las galletas y la mermelada? -- Tiene que ver con el día y la noche. Ante la oscuridad estamos desamparados, carecemos de certezas. Lo único que podemos hacer es esperar arribar de nuevo a la luz del día. Prepararse para la mañana siguiente significa invitarla a volver. Aquella observación tuya me impactó. Nunca había pensado en la noche como en un momento de extravío. Sabía utilizar un sextante, sabía leer las estrellas como si fueran un abecedario, era cierto que a veces había nubes, pero también estaba el viento que tarde o temprano las disipaba y las hacía desaparecer. Nunca había pensado en la oscuridad como en una entidad capaz de devorarnos. + Leer más |
Una gran historia de amor de Susanna Tamaro
¿De cuántas maneras distintas sopla el viento? ¿Cuánto silencio puede haber en una casa donde los únicos pasos que resuenan son los propios? Cuando estás navegando y el viento azota la embarcación, te envuelve de continuo con su ulular que solo varía en intensidad y aparte de tu voz únicamente hoy es el tintineo de todo lo que se mueve. Si en cambio es un viento fuerte el que se abate sobre la casa son las habitaciones las que hablan, el golpeteo de un postigo, el crujido de los marcos, ruidos de una vida que surgen donde menos te lo esperas y te bailan alrededor con la lealtad obsesiva de la memoria. ¿Qué es ese zumbido? ¿Será posible que se trate de la nevera? ¿Y esa especie de lamento siniestro? ¿Será de los goznes de la puerta del desván que llevas tanto tiempo sin engrasar? ¿O el canto monótono de un pájaro nocturno? Quizá el rechinar de los tablones del cuarto de al lado. Abres la puerta con mala cara y gritas ¿Quién es? Pero una vez más el único que te responde es el viento. ¿Los muertos habitan las casas o es solo nuestro miedo a habitarlas?
+ Leer más |
Donde el corazón te lleve de Susanna Tamaro
Sentía marchitarse mi cuerpo de mujer sin haber vivido y eso me inundaba de una gran tristeza.
|
Donde el corazón te lleve de Susanna Tamaro
Mi madre se casó a los dieciséis años, a los diecisiete me trajo al mundo. A lo largo de toda mi infancia, mejor dicho, de toda mi existencia, jamás la vi esbozar un gesto cariñoso.
|
Cual es el nombre completo de Dumbeldore?