Fin de guardia de Stephen King
¿Cómo me he metido en esto? Como todo el mundo se mete en todo. Paso a paso.
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Fin de guardia de Stephen King
¿Cómo me he metido en esto? Como todo el mundo se mete en todo. Paso a paso.
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Laurie de Stephen King
«Creía que a esas horas la piel de una persona se tornaba más fina. Hasta las cinco, cuando la primera luz del alba despuntaba por el este, no empezaba a endurecerse de nuevo».
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Laurie de Stephen King
«¿puede uno controlar el modo en que la mente clasifica las cosas? No más de lo que uno podía controlar los sueños».
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Laurie de Stephen King
«Ambos constituían la prueba de que la vida no era más que un breve sueño de una tarde de verano».
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Carrie de Stephen King
Rezaba y no recibía respuesta. Allí no había nadie... o si lo había alguien, Él/Eso no se atrevía a responder a su plegaria.
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Rabia de Stephen King
Quizá había olvidado, o no había sabido nunca, que los niños crecen recordando cada golpe y cada palabra burlona o desdeñosa, que los niños crecen y quieren devorar vivos a sus padres.
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Mientras escribo de Stephen King
Escribir no es la vida, pero yo creo que puede ser una manera de volver a la vida. Lo averigüe en verano de 1999, cuando estuvo a punto de matarme el conductor de una camioneta azul.
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Mientras escribo de Stephen King
Sobre la historia de fondo, lo más importante para recordar es que a) historia la tiene todo el mundo, y b) en general no es muy interesante. Cíñete a las partes que lo sean y no te dejes llevar por el resto. Contarle la vida a alguien, y que te escuchen, sólo se hace en los bares. Se hace, además, una hora antes de cerrar, y a condición de que consumas.
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Mientras escribo de Stephen King
A mi modo de ver, todos los relatos y novelas constan de tres partes: la narración que hace que se mueva la historia de A a B y por último hasta Z, la descripción, que genera una realidad sensorial para el lector, y el diálogo, que da vida a los personajes a través de sus voces.
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Mientras escribo de Stephen King
El talento priva de significado al concepto de ensayo. Cuando descubres que estás dotado para algo, lo haces (sea lo que sea) hasta sangrarte los dedos o tener los ojos a punto de caerse de las órbitas. No hace falta que te escuche nadie (o te lea, o te mire), porque siempre te juegas el todo por el todo; porque tú, creador, te sientes feliz. Quizá hasta en éxtasis. La regla se aplica a todo: leer y a escribir, tocar un instrumento, jugar al béisbol… lo que sea. El programa agotador de lectura y escritura por el que abogo (de cuatro a seis horas diarias toda la semana) sólo lo parecerá si son actividades que ni te gustan ni responden a ningún talento tuyo. De hecho, puede que ya estés siguiendo uno parecido. Si no es así, y te parece que necesitas permiso de alguien para leer y escribir cuando te apetezca, considéralo dado en adelante por un servidor.
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Mientras escribo de Stephen King
La capacidad arrebatadora de un buen argumento combinado con prosa de calidad es una sensación que forma parte de la formación imprescindible de todos los escritores. Nadie puede aspirar a seducir a otra persona por la fuera de la escritura hasta no haberlo experimentado personalmente.
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Mientras escribo de Stephen King
Cada libro que se elige tiene una o varias cosas que enseñar, y a menudo los libros malos contienen más lecciones que los buenos.
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Mientras escribo de Stephen King
La seducción tiene mucho que ver con hablar con gracia. Si no, ¿por qué hay tantas parejas que empiezan cenando juntas y acaban en la cama?
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Mientras escribo de Stephen King
Dentro de la narrativa, el párrafo está menos estructurado; en vez de melodía es ritmo. Cuanta más narrativa se lee, más se da uno cuenta de que los párrafos se forman solos. Como tiene que ser. Al escribir conviene no pensar demasiado en dónde empieza y termina el párrafo. El truco es dejar que sigan su curso. Después, si no te gusta el resultado, lo arreglas y listo. Es lo que se llama revisar.
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Mientras escribo de Stephen King
A menudo, escribir bien significa prescindir del miedo y la afectación. De hecho, la propia afectación (empezando por la necesidad de calificar de «buenas» determinadas maneras de escribir, y otras de «malas») tiene mucho que ver con el miedo. Escribir bien también es acertar en la selección previa de herramientas.
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Mientras escribo de Stephen King
El acto de escribir puede abordarse con nerviosismo, entusiasmo, esperanza y hasta desesperación (cuando intuyes que no podrás poner por escrito todo lo que tienes en la cabeza y el corazón). Se puede encarar la página en blanco apretando los puños y entornando los ojos, con ganas de repartir ostias y poner nombres y apellidos, o porque quieres que se case contigo una chica, o por ganas de cambiar el mundo. Todo es lícito mientras no se tome a la ligera. Repito: no hay que abordar la página en blanco a la ligera. No te pido que lo hagas con reverencia, ni sin sentido crítico. Tampoco pretendo que haya que ser políticamente correcto o dejar aparcado el humor (¡Ojalá tengas!). No es ningún concurso de popularidad, ni las olimpiadas de la moral; tampoco es ninguna iglesia, pero joder, se trata de escribir, no de lavar el coche o ponerse rímel. Si eres capaz de tomártelo en serio, hablaremos. Si no puedes, o no quieres, cierra el libro y dedícate a otra cosa. A lavar el coche, por ejemplo.
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Mientras escribo de Stephen King
Las afirmaciones de que la droga y el alcohol son necesarios para atenuar un exceso de sensibilidad no pasan de ser la típica chorrada para justificarse. (…) no digo que la gente creativa no corra mayor riesgo que en otros trabajos, pero ¿y qué? A la hora de vomitar en la cuneta, nos parecemos todos bastante.
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Mientras escribo de Stephen King
Al primer engaño, la vergüenza es del que engaña; al segundo, del engañado; y al tercero de los dos.
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El resplandor de Stephen King
Danny huía del ruido ensordecedor, a través de retorcidos y laberínticos corredores, mientras sus pies desnudos susurraban sobre la suavidad de una selva azul y negra. Cada vez que, a sus espaldas, oía el estruendo del mazo del roqué al estrellarse contra la pared quería gritar. Pero no debía. Un grito lo delataría y entonces… REDRUM
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¿De qué nacionalidad es Stephen King?