Reencarnación de Roser A. Ochoa
No quería poner fin a ese beso robado que, a pesar de no saberlo, era todo lo que había deseado en esta vida y puede que también en la anterior.
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Reencarnación de Roser A. Ochoa
No quería poner fin a ese beso robado que, a pesar de no saberlo, era todo lo que había deseado en esta vida y puede que también en la anterior.
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Seamos una familia de Roser A. Ochoa
Necesitaba su tiempo, y si algo no iba a perder nunca con él, era la paciencia de esperarlo.
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Victoria o derrota de Roser A. Ochoa
Estaba claro que a veces el ser humano era sorprendente y maravilloso, era una verdadera lástima que tuviera que pasar algo tan horrible para que todos lo recordaran.
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Victoria o derrota de Roser A. Ochoa
Noviembre del 2019, la humanidad había vuelto a dar un paso al frente en su lucha para erradicar esa plaga que crecía poco a poco, pero que, en algún momento, podría terminar siendo un peligroso enemigo de la humanidad: los vampiros
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Victoria o derrota de Roser A. Ochoa
Es irónico, ellos crean un virus para matarnos y nosotros les hacemos el antídoto para salvarlos.
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Reencarnación de Roser A. Ochoa
Puede que fuesen los ojos. Sin duda debía ser su mirada, que sin palabras rogaba por auxilio, uno que cuando Lian fue joven no supo prestar, pero que ahora estaba dispuesto a entregar hasta las últimas consecuencias. Seguramente Yulong ignoraba que cada partícula de su ser suplicaba para que alguien estuviera a su lado y lo rescatara del abismo.
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Reencarnación de Roser A. Ochoa
Nadie entendería que, para él, ponerse frente a un plato era volver a tener cinco años y que los monstruos royeran sus pequeños dedos mientras intentaba almorzar, mientras él seguía con las tripas rugiendo y los ojos llenos de lágrimas. Comer significaba regresar a la debilidad, al crío que desde dentro gritaba para que alguien le salvara de ese mundo de demonios y que solo recibía miradas de lástima y miedo de sus padres, incapaces de comprenderlo, mucho menos de ayudar. |
Palomitas en la Universidad de Roser A. Ochoa
¿No había límite para sus meteduras de pata? Pues parecía que no.
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Palomitas en el Instituto de Roser A. Ochoa
Era como si siempre pudiera esperarle, incluso aunque tardara una vida en llegar.
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Palomitas en el Instituto de Roser A. Ochoa
Ambos seguían parados en medio del pasillo, el uno delante del otro, con el mundo que se movía de manera frenética a su alrededor, gente que entraba, gente que salía, gritos y carreras, pero ellos estaban prisioneros de los ojos del otro, sin alcanzar a ver nada más.
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Palomitas en el Instituto de Roser A. Ochoa
Aran era muy diferente a como lo había imaginado y cada vez que se encontraban, descubría un nuevo lado de él que lo dejaba todavía más maravillado.
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Seamos una familia de Roser A. Ochoa
Mirarlo a los ojos era como ver el mar en calma, un cielo despejado en los primeros días de primavera después de semanas de molestas lluvias.
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Cual es el nombre completo de Dumbeldore?