Reencarnación de Roser A. Ochoa
Puede que fuesen los ojos. Sin duda debía ser su mirada, que sin palabras rogaba por auxilio, uno que cuando Lian fue joven no supo prestar, pero que ahora estaba dispuesto a entregar hasta las últimas consecuencias. Seguramente Yulong ignoraba que cada partícula de su ser suplicaba para que alguien estuviera a su lado y lo rescatara del abismo.
|