El don de la siesta de Miguel Ángel Hernández
Y es que en la sociedad del cansancio podemos estar cansados, pero nunca ser perezosos, nunca dejarnos llevar. Hemos de mantener la tensión en todo momento. Estar alerta. Estar erguidos. Desafiar a la fuerza de la gravedad. Y nunca regresar a la horizontalidad. Esa horizontalidad que para algunos pensadores como Georges Bataille era un residuo de un animalidad que en algún momento deberíamos recuperar.
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