El dolor de los demás de Miguel Ángel Hernández
La diferencia es que yo sabía, o creía saber, que los monstruos no existen. Al menos, no separados de las personas que los transportaban.
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El dolor de los demás de Miguel Ángel Hernández
La diferencia es que yo sabía, o creía saber, que los monstruos no existen. Al menos, no separados de las personas que los transportaban.
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