El don de la siesta de Miguel Ángel Hernández
No tenemos tiempo; el tiempo nos tiene a nosotros. Por eso conquistar la siesta, el descanso, es también conquistar el tiempo propio. Media hora, veinte minutos, dos horas, todos los días, solo los fines de semana... Lo fundamental es ser conscientes de lo que supone. El corte, la interrupción, el intervalo, la retirada momentánea, el escape, el refugio..., la trinchera.
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