El don de la siesta de Miguel Ángel Hernández
Me cobijaré en las siestas y, más que nunca, comprobaré que son un regalo, un don, un refugio, una interrupción, un instante leve de felicidad en medio de la tormenta.
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El don de la siesta de Miguel Ángel Hernández
Me cobijaré en las siestas y, más que nunca, comprobaré que son un regalo, un don, un refugio, una interrupción, un instante leve de felicidad en medio de la tormenta.
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