El valle oscuro de María Andrea Tomé
—Yo no soy nadie. Momoko se encogió de hombros. —Eres importante para mí. |
El valle oscuro de María Andrea Tomé
—Yo no soy nadie. Momoko se encogió de hombros. —Eres importante para mí. |
El valle oscuro de María Andrea Tomé
Los libros y las ideas pueden ser muy peligrosos, Momo-chan, especialmente en los días que vivimos.
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
Si te quedas callado ante las injusticias, estás del lado de las injusticias.
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
Había una magia muy especial en Takuma que no podía verse a simple vista y que con frecuencia no se valoraba como merecía: mi hermano, simplemente, hacía que cualquier persona se sintiese bienvenida.
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Desayuno en Júpiter de María Andrea Tomé
Cuando tienes la opción de besar sin miedo, la obligación de besar a escondidas llega como un tipo de presión especialmente dulce.
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Kiss & Cry: 63 de María Andrea Tomé
Es un deporte injusto, me había dicho. Pues bien, iba a demostrarle que, si este era un deporte injusto, yo era dura. Lo suficiente como para soportarlo. Lo suficiente como para soportar cualquier cosa.
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La luna en la puerta de María Andrea Tomé
Tal vez las cosas que nos callamos se convierten en fantasmas que nos acechan.
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
Supongo que lo primero que debes saber sobre las personas es que pueden crecer dentro de ti y cambiarte; lo segundo que aprendes es que llega un momento en el que dejan de ser solo personas. Es posible que alguien te importe tanto que, sencillamente, deje de ser solo humano
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Desayuno en Júpiter de María Andrea Tomé
-Deja de flirtear – me dije Harlon, enterrando el puño en el bol de las palomitas. Todavía tengo el móvil entre las manos. Siendo generosos en el cálculo, he debido releer unas diez o doce veces el último ‘genial’ de Amoke, y ni siquiera Harlon, que por lo general se queda hipnotizado ante el televisor, ha podido dejar de notarlo. -No estoy flirteando. |
Entre dos universos de María Andrea Tomé
Me di cuenta de que jamás encontraríamos el momento perfecto. Así que cogí el momento y lo hice perfecto.
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
Noto su presencia en cuanto entra en la habitación. ¿Cómo describirlo? La luz parece bañar de nuevo mi oscuridad. La siento en mis huesos y en mi pecho. Es como si mi cuerpo, finalmente, se reencontrase con su alma.
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
Sus besos seguían sabiendo a jazz y a bienvenida. Incluso entre los tenno heika banzai. Incluso entre el horror. Sus besos me decían: "Esta será siempre tu casa". |
El valle oscuro de María Andrea Tomé
Ojalá no me hubiese casado. Ojalá no fuese mujer de esta manera. La quería con la fuerza del mundo colapsándose. |
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
...tan hermosa como solo ella puede ser, bondad y valentía goteando por sus grietas. La quiero. La quiero. La quiero. |
El valle oscuro de María Andrea Tomé
La acaricié. Podía leerla como si fuese braille y, si me quedase totalmente ciega, no me harían falta mapas para saber definir las líneas de su cuerpo.
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
Sus ojos estaban hinchados, rojos, y en sus mejillas podían adivinarse los regueros de sal de las lágrimas. Pero seguía ardiendo y brillando y seguía sin importarle demasiado que yo fuese buraku, porque enseguida me invitó a entrar y me abrazó y me besó como si la guerra estuviese ya en nuestra puerta. |
El valle oscuro de María Andrea Tomé
Pensaba en Momoko constantemente. El fuego de su mirada. El modo en el que se retiraba el pelo de los ojos para luego recordar que había dejado expuesta su ceguera. Su risa, que parecía fragmentarse como el cristal. El tacto de sus dedos sobre mi piel y el reflejo de la luna en sus manos cuando se agachaba para lanzar una botella al mar. Cómo me hacía sentir que estaba en casa incluso cuando me encontraba en un faro o en una playa o en un sótano en el que ocultaban a una baronesa.
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
...creo que mamá, instintivamente, siempre lo supo. Hay ciertas cosas que no podemos ocultar, los sentimientos sobre todo, por más que pongamos empeño en ello.
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El valle oscuro de María Andrea Tomé
Supongo que lo primero que debes saber sobre las personas es que pueden crecer dentro de ti y cambiarte; lo segundo que aprendes es que llega un momento en el que dejan de ser solo personas. Es posible que alguien te importe tanto que, sencillamente, deje de ser solo humano.
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¿Quién escribió la saga?