El valle oscuro de María Andrea Tomé
La acaricié. Podía leerla como si fuese braille y, si me quedase totalmente ciega, no me harían falta mapas para saber definir las líneas de su cuerpo.
|
El valle oscuro de María Andrea Tomé
La acaricié. Podía leerla como si fuese braille y, si me quedase totalmente ciega, no me harían falta mapas para saber definir las líneas de su cuerpo.
|