Anna Karenina de León Tolstoi
¿Voy o no voy?», se preguntó. Una voz interior le decía que no debía ir, que no podía haber en esto nada sino falsedad
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Anna Karenina de León Tolstoi
¿Voy o no voy?», se preguntó. Una voz interior le decía que no debía ir, que no podía haber en esto nada sino falsedad
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Anna Karenina de León Tolstoi
Parecía que un exceso de algo llenaba todo su ser, y, a pesar suyo, brotaba tan pronto de su mirada luminosa, tan pronto de su sonrisa.
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Anna Karenina de León Tolstoi
Toda la diversidad, todo el encanto, toda la belleza de la vida se compone de luces y de sombras.
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Anna Karenina de León Tolstoi
Se me ha dado el raciocinio para que me libre de ello. Por tanto, debo hacerlo. ¿Por qué no apagar la vela cuando no hay nada que mirar y todo produce repugnancia?
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Anna Karenina de León Tolstoi
A menudo pienso que los grandes conversadores del siglo pasado encontrarían difícil en nuestros días hacer comentarios ingeniosos. En los tiempos que corren todo lo ingenioso nos aburre...
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Anna Karenina, 2 de León Tolstoi
La razón solo nos enseña a luchar por la vida, lucha que supone la liberación de todo obstáculo que se oponga a la realización de nuestros deseos. Esto es todo lo que nos proporciona la razón. En ella no hallaremos nada que nos induzca a amar al prójimo, porque este amor no es un producto de la mente.
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Felicidad conyugal de León Tolstoi
¡Amar! ¡Acaso es posible no amar!¡Sin amor no hay vida! Hacer de la vida una novela es lo único que vale la pena.
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Anna Karenina, 2 de León Tolstoi
No debemos pensar si estamos o no preparados. La bondad no puede estar a merced de manos mortales ni de inteligencias humanas. A veces reciben la gracia aquellos que no están preparados para ella.
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Anna Karenina, 2 de León Tolstoi
No hay régimen de vida al que el hombre no pueda habituales, sobre todo si ve que a su alrededor hay gente que vive como él.
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Guerra y paz de León Tolstoi
Los dos guerreros más poderosos con los que se puede contar son la paciencia y el tiempo.
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Anna Karenina de León Tolstoi
Toda la diversidad, todo el encanto, toda la belleza de la vida se compone de luces y de sombras
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Guerra y paz de León Tolstoi
No hay nada, nada seguro, fuera de la pequeñez de cuanto me es comprensible y la majestad de aquello que es incomprensible, pero que es lo más importante de todo.
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Guerra y paz de León Tolstoi
Lo invadió un nuevo sentimiento, dulce y apacible, al ver a esas niñas; comprendió que existían intereses totalmente ajenos a él, pero tan humanos y legítimos como los suyos.
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Guerra y paz de León Tolstoi
La razón principal de aquellas lágrimas era la contradicción terrible, vivamente sentida por él, entre su anhelo de algo infinitamente grande e indeterminado y la sensación de que él era un ser limitado y corpóreo, como también ella. Esa contradicción lo afligía y alegraba mientras la oía cantar.
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Guerra y paz de León Tolstoi
Más tarde, cuando recordaba aquel desahogo de sinceridad inexplicable, no provocado, y que había de tener para él consecuencias tan importantes, Nikolái se imaginaba (como parece siempre a la gente) que todo había sucedido por casualidad.
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Guerra y paz de León Tolstoi
Pero lo mismo aquellos que, según Pierre, comprendían el verdadero sentido de la vida —es decir, su propio sentimiento— como los infelices que, al parecer, no lo entendían, todos eran percibidos entonces por Pierre a la espléndida luz de su dicha, de manera que, sin el menor esfuerzo, veía inmediatamente lo que había de bueno y digno de amor en cada persona.
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Guerra y paz de León Tolstoi
Todo cuanto sabemos de la vida de los hombres no es más que esa relación entre libertad y necesidad, [...] comprendemos la fuerza de la vida humana y la llamamos libertad.
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Guerra y paz de León Tolstoi
Ella volvió la cabeza. Durante unos segundos permanecieron en silencio, mirándose a los ojos; y lo que parecía tan lejano e imposible se hizo de pronto inmediato, posible e inevitable.
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Guerra y paz de León Tolstoi
¿No es lo mismo ahora? —pensó—. ¿Qué me ocurrirá allí, y qué hubo aquí? ¿Por qué siento tanto dejar la vida? Había algo en esta vida que nunca comprendí y que no comprendo aún.
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Guerra y paz de León Tolstoi
El destino escoge y nosotros juzgamos siempre: eso no está bien. Nuestra felicidad, amiguito, es como el agua en una nasa; parece que está llena, pero cuando la sacas no queda nada. Así es.
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¿Con qué frase empieza esta novela?