Guerra y paz de León Tolstoi
Pero lo mismo aquellos que, según Pierre, comprendían el verdadero sentido de la vida —es decir, su propio sentimiento— como los infelices que, al parecer, no lo entendían, todos eran percibidos entonces por Pierre a la espléndida luz de su dicha, de manera que, sin el menor esfuerzo, veía inmediatamente lo que había de bueno y digno de amor en cada persona.
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