Crónicas barbitúricas de Karina Sainz Borgo
Pensaba que las cosas eran rápidas y sencillas y que las historias se escribían solas. Que ellas nos escogían para contarlas y no que había que cogerlas, fuertemente, como se hace con las palabras cuando se desbocan. No entendía que lidiaba con caballos furiosos tirando del carro de mi inexperiencia. Ignoraba cuán fuerte había que sujetar las riendas para que cada párrafo no echara a correr cuesta abajo. No sabía yo que esta vida era una doma.
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