Crónicas barbitúricas de
Karina Sainz Borgo
"Cuando llegué aquí tenía mucho menos claro el sonido de las multitudes y el valor que van cobrando los días cuando se juntan, unos junto a otros, año tras año, como un conjunto invisible de verdades que se revelan, amarillas, sobre las paredes. No entendía el valor de una habitación con ventanas, cuán importante es una noche continua de sueño o el abrazo recuperado de a quienes en verdad echas de menos.
Aprendí a perder. A darme cuenta de que perdía, lo aprendí mucho después.[...]
Cuando llegué aquí, hace seis años, no pensé que quien se marchaba de un lugar lo hacía de esta forma, tan como si no ocurriera. Porque comienzan a llegar los días en que los regresos se parecen cada vez más a las visitas. Y cuando menos lo esperas, descubres que has estado marchándote demasiado tiempo." (Pág.121-122).