El infinito en un junco de Irene Vallejo
Cada vez que hemos despertado del sueño de nuestras revoluciones o de la pesadilla de nuestras catástrofes humanas, el libro seguía ahí.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Cada vez que hemos despertado del sueño de nuestras revoluciones o de la pesadilla de nuestras catástrofes humanas, el libro seguía ahí.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
“Para aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en sierpe en la mano y lo desgarre. Que quede paralizado y condenados todos sus miembros. Que desfallezca de dolor, suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca. Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa. Y que cuando, finalmente, descienda al castigo eterno, que las llamas del infierno lo consuman para siempre».”
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
La infancia se estaba rompiendo, dejaba huecos en mi cuerpo y añicos blancos por el camino.
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Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo
[...], los libros han sido botes salvavidas para nuestro tesoro de palabras en los naufragios del tiempo.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
En un mundo caótico, adquirir libros es un acto de equilibrio al filo del abismo
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Cuando le vendes un libro al alguien, no solamente le estás vendiendo onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva. Amor, amistad y humos y barcos que navegan en la noche
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
...lo nuevo mantiene con lo viejo una relación más compleja y creativa de lo que parece a simple vista....
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El silbido del arquero de Irene Vallejo
"El poderío de Roma se fortalece gracias a sus tradiciones y a sus héroes".
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El silbido del arquero de Irene Vallejo
Cuando callan las armas y la palabra despliega su fuerza, el poder necesita rodearse de hombres que sepan contar historias.
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El silbido del arquero de Irene Vallejo
Todo el mundo conocido existe ya solo en nuestros recuerdos.
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El silbido del arquero de Irene Vallejo
-La tormenta nos arrastró, reina -dice el prisionero-. Los náufragos no pueden elegir el lugar donde encuentran la salvación.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
La pasión del coleccionista de libros se parece a la del viajero. Toda biblioteca es un viaje; todo libro es un pasaporte sin caducidad.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
En el fondo, lo que las comunidades humanas tienen en común es aquello que inevitablemente las enfrenta : la tendencia a creerse mejores.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Empezamos escribiendo inventarios, y después invenciones (primero las cuentas ; a continuación los cuentos).
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
"...la memoria es frágil, evanescente, y que cuando alguien evoca su pasado deforma la realidad para justificarse o encontrar alivio. Por eso, como en Ciudadano Kane, como en Rashomon, nunca llegamos a conocer la verdad más profunda, sino solo sus atisbos, sus variantes, sus versiones, su alargada sombra, sus infinitas interpretaciones".
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Los primeros relatos de tu vida entraron por las caracolas de tus orejas; tus ojos aún no sabían escuchar. Luego llegó el colegio: los palotes, los redondeles, las letras, las sílabas. En ti se ha cumplido a pequeña escala el mismo tránsito que hizo la humanidad desde la oralidad a la escritura.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
En tiempos de palabras aladas, la literatura era un arte efímero. Cada representación de esos poemas orales era única y sucedía una sola vez. Como un músico de jazz que a partir de una melodía popular se entrega a una apasionada improvisación sin partitura [...]
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Y nunca antes los mejores pensadores habían tenido acceso a tantos libros, a la memoria del saber anterior, a los susurros del pasado con los que aprender el oficio de pensar.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Leer es escuchar música hecha palabra. Es cercanía y extrañeza. Es a veces hablar con los muertos para sentirnos más vivos. Es viaje inmóvil. Es una maravilla cotidiana.
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¿En qué año se publicó?