El infinito en un junco de Irene Vallejo
[...] creemos que lo nuevo tiene más futuro. En realidad, sucede lo contrario. Cuantos más años lleva un objeto o una costumbre entre nosotros, más porvenir tiene.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
[...] creemos que lo nuevo tiene más futuro. En realidad, sucede lo contrario. Cuantos más años lleva un objeto o una costumbre entre nosotros, más porvenir tiene.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
Buscamos en su océano de letras un mensaje embotellado para nosotros
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
Leer es un ritual que implica gestos, posturas, objetos, espacios, materiales, movimientos, modulaciones de luz. Para imaginar cómo leían nuestros antepasados necesitamos conocer, en cada época, esa red de circunstancias que rodean el íntimo ceremonial de entrar en un libro.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
En un mundo caótico, adquirir libros es un acto de equilibrio al filo del abismo.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
El helenismo perfiló y extendió la idea de viaje de conocimiento bajo dos formas: el desplazamiento físico - en caravanas, barcos, carros, a lomos de cabalgaduras - y el trayecto inmóvil del lector que atisba la inmensidad del mundo desde los senderos de tinta de un libro.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
La pasión del coleccionista de libros se parece a la del viajero. Toda biblioteca es un viaje ; todo libro es un pasaporte sin caducidad.
|
|
Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo
En épocas convulsas, lo escrito actúa como depósito fiable de las ideas que nos anclan y nos rescatan (51).
|
Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo
Gracias a la lectura, hemos desarrollado una anomalía llamada «ojos interiores». Descubrir los personajes de una historia se parece a conocer gente nueva, comprendiendo su carácter y sus razones. Cuanto más diferentes son esos personajes, más nos amplían el horizonte y enriquecen nuestro universo. A través de los libros, anidamos en la piel de otros, acariciamos sus cuerpos y nos hundimos en su mirada. Y, en un mundo narcisista y ególatra, lo mejor que le puede pasar a uno es ser todos (22).
|
Irene Vallejo
Tal vez las letras sean solo signos muertos y fantasmales, hijas ilegítimas de la palabra oral, pero los lectores sabemos insuflarles vida.
|
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
Tenía tanta necesidad de hablar que empecé a mendigar palabras.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
En la bruma de cada mañana, cuando me aventuraba a las calles borrosas, sentía que la ciudad entera gravitaba sobre un mar de libros, igual que una alfombra mágica en pleno vuelo.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
Leer es siempre un traslado, un viaje, un irse para encontrarse. Leer, aun siendo un acto comúnmente sedentario, nos vuelve a nuestra condición de nómadas. |
El infinito en un junco de Irene Vallejo
He crecido, pero sigo manteniendo una relación muy narcisista con los libros. Cuando un relato me invade, cuando su lluvia de palabras cala en mí, cuando comprendo de forma casi dolorosa lo que cuenta, cuando tengo la seguridad—íntima, solitaria — de que su autor ha cambiado mi vida, vuelvo a creer que yo, especialmente yo, soy la lectora aquí en ese libro andaba buscando
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
Yo, invadida por el libro que escribo, pienso en Homero. Pienso en la multitud de bardos itinerantes agazapados detrás de su nombre. Ellos fueron los primeros (…) Aquellos artistas caminantes, los andrajosos enviados de las musas, sabios bohemios que explicaban el mundo en canciones, mitad enciclopedistas y mitad bufones, son los antepasados de los escritores. Su poesía vino antes que la prosa, y su música, antes que la lectura silenciosa. Un Nobel para la oralidad. Qué antiguo puede llegar a ser el futuro.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
Ante la catarata de predicciones apocalípticas sobre el futuro del libro, yo digo: un respeto. No subsisten tantos artefactos milenarios entre nosotros. Algo hay en su diseño básico y en su depurada sencillez que ya no admite mejoras radicales (…) Es más probable que en el siglo XXII haya monjas y libros que Whastapp y tabletas.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
Debemos a los libros la supervivencia de las mejores ideas fabricadas por la especie humana. Sin ellos, tal vez habríamos olvidado a aquel grupo de griegos temerarios que decidieron entregar el poder al pueblo -y le llamaron “democracia” a ese osado experimento-.
|
El infinito en un junco de Irene Vallejo
Con el paso de los siglos, las cerradas junglas de letras por las que se avanzaba sudoroso, machete en mano, se fueron convirtiendo en ordenados jardines de palabras para tranquilos paseantes.
|
Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo
Muchas veces un pueblo duerme como el agua de un estanque un día sin viento, y un libro o unos libros pueden estremecerle e inquietarle y enseñarle nuevos horizontes de superación y concordia.
|
¿Con qué frase empieza esta novela?