Rojo y negro de Henry Beyle Stendhal
La señorita de La Mole miraba a los jóvenes franceses con esa expresión de profunda seriedad que ninguna de sus rivales podía imitar… Aquella mirada singular halagaba a los poco inteligentes, pero inquietaba a los demás. Temían el estallido de alguna frase aguda y de difícil respuesta.
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