Henry Beyle Stendhal

La imprudencia de un pobre es rápidamente castigada con la falta de pan.

Los regalos se dan al negligente a fin de estimular su celo.

Nuestra política de 1811 ya no es más que historia en 1824

Imitar hoy a Sófocles y Eurípides, y pretender que tales imitaciones no hagan bostezar al francés del siglo diecinueve, eso es clasicismo

Esas unidades (lugar y tiempo) no son necesarias en modo alguno para producir emoción profunda y verdadero efecto dramático

¿No será, por casualidad, que hace falta simplemente un poco de acción muy razonable, mezclada con una dosis bastante fuerte de sátira, entrecortado todo en diálogos, y traducido en versos alejandrinos ingeniosos, fáciles y elegantes?

Pensamiento y sentimiento deben ser ante todo expuestos con claridad en el género dramático, opuesto en esto al poema épico

Toda la disputa entre Racine y Shakespeare se reduce a saber si alguien, observando las dos unidades de lugar y tiempo, puede componer piezas que les den placeres dramáticos en lugar de los épicos

La Carta, 1, quita tiempo libre; 2, separa por el odio; y 3, mata la agudeza de ingenio

Todo absurdo al que se haya acostumbrado la imaginación de un pueblo ya no es absurdo para él, y en casi. ada perjudica a los placeres de la mayoría del mismo

¿Cuál es la obra literaria con más éxito en Francia desde hace diez años? Las novelas de Walter Scott. Tragedia romántica que se entremezclan largas descripciones

Fabricio, lleno de asombro, subió a un campo, a la derecha del camino, y que se alzaba unos veinte o treinta pies; examinó la carretera por ambas partes, y la llanura, y no vio rastro de cosacos. ¡Qué gente tan divertida estos franceses!, se dijo. Ya que debo dirigirme hacia la derecha, pensó, lo mejor será irme enseguida, acaso tenga esa gente, para correr así, alguna razón que yo desconozco.

La señora de Dubois se halla profundamente preocupada de sí misma, como todas las mujeres a quienes el cielo ha concedido demasiada nobleza, o demasiado dinero. Se mira a sí misma, en vez de mirarle a usted, y, naturalmente, no le conoce. Durante los dos o tres arrebatos de amor con que le ha favorecido, con un gran esfuerzo de imaginación, veía en usted al héroe soñado y no lo que es usted en realidad.

Poseia una memoria prodigiosa, de esas que con frecuencia acompañan a la falta de talento

Un solo momento de descuido, una mirada incluso inocente, pueden tener influencia.

En todo tiempo ha habido una pequeña divergencia entre la opinión del público y los veredictos de la Academia. El público deseaba ver elegido a un hombre de talento que provocaba los celos de la Academia; por ejemplo, fue por orden expresa del Emperador como nombró al Se. de Chateaubriand

A menudo el verso alejandrino no es más que un tapamemeces

Los jóvenes aún pueden salir de ese error de amor propio. Al ser su alma susceptible aún de impresiones vivas, el placer puede hacerles olvidar la vanidad; ahora bien, eso es lo que resulta imposible pedir a un hombre de más de cuarenta años. En París, las gentes de esa edad ya han tomado partido acerca de toda cosa

¿Cuándo adquiriré la buena costumbre de dar a estas gentes únicamente la parte de mi alma que compran con su dinero?

¡Porque, lector mío, una novela es un espejo que pasea por el camino real! Ora refleja, para que lo vea usted, el azul del cielo, ora el cieno de los barrizales del camino. ¿Y llamará inmoral al hombre que lleva el espejo en su cuévano? ¡Su espejo muestra el cieno y usted acusa al espejo! ¡Acuse más bien al camino real donde está el barrizal y, más aún, al inspector de carreteras, que deja que el agua se estanque y se forme ese barrizal!