Rojo y negro de Henry Beyle Stendhal
¡Porque, lector mío, una novela es un espejo que pasea por el camino real! Ora refleja, para que lo vea usted, el azul del cielo, ora el cieno de los barrizales del camino. ¿Y llamará inmoral al hombre que lleva el espejo en su cuévano? ¡Su espejo muestra el cieno y usted acusa al espejo! ¡Acuse más bien al camino real donde está el barrizal y, más aún, al inspector de carreteras, que deja que el agua se estanque y se forme ese barrizal!
|