Diario de mi vida durante la Revolución Francesa de Grace Dalrymple Elliott
Aquellos pelotones de soldados eran aún más temibles que los guardias revolucionarios de los primeros meses; habían sido reclutados entre los ladrones y asesinos; a veces asaltaban a la gente por las calles y hacían que les entregaran el dinero o los objetos de valor que llevasen, so pena de ser denunciados como conspiradores si no obedecían.
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