Diario de mi vida durante la Revolución Francesa de Grace Dalrymple Elliott
Muchas horas pasó allí la turba infame, destrozando dependencias y obras de arte, insultando una y otra vez a los reyes, escupiéndoles, y en fin, sometiéndoles a toda suerte de vejaciones, sin que nadie pusiera fin a sus desmanes; los guardias se limitaban a impedir agresiones más graves contra ellos. Borracha la plebe, desaparecieron aquel día innumerables objetos de valor; creo que fue cuando más evidente debió de resultarles a los reyes aue su suerte estaba echada, que no podrían esperae nada, salvo violencias mayores, de aquella gente.
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