Diario de mi vida durante la Revolución Francesa de Grace Dalrymple Elliott
Sólo el miedo por la suerte de mi infeliz acompañante, y la inspiración insuflada por Dios, me dieron el coraje suficiente para salir con bien; hice gala de un valor que jamás me hubiera supuesto. Eran tan horribles y numerosos los actos de terror cometidos por aquellas turbas, que antes de caer en sus manos yo misma hubiera levantado un cadalso en el que sacrificarnos ambos.
|