Heridas abiertas de Gillian Flynn
Me tomó de la mano y me obsequió con una sonrisa tierna y pura; luego me acarició la palma, haciéndome sentir tal vez la mejor sensación que jamás haya experimentado por el contacto con otro ser humano.
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Heridas abiertas de Gillian Flynn
Me tomó de la mano y me obsequió con una sonrisa tierna y pura; luego me acarició la palma, haciéndome sentir tal vez la mejor sensación que jamás haya experimentado por el contacto con otro ser humano.
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Heridas abiertas de Gillian Flynn
Cuando una niña sabe ya desde tan pequeña que no le importa lo más mínimo a su madre, pasan cosas malas.
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Perdida de Gillian Flynn
Sabía que al menos aquello era cierto, porque su hija padecía la misma obstinada vena de ansiedad: Amy era capaz de pasarse toda una tarde preocupada por si habría dejado el horno encendido, a pesar de que aquel día no hubiéramos cocinado nada. ¿Habíamos cerrado la puerta con llave? ¿Estaba seguro? Siempre se ponía en el pero de los casos a gran escala. Nunca se limitaba a pensar que la puerta pudiera haberse quedado abierta: era que la puerta se había quedado abierta y unos hombres se habían colado en nuestro apartamento y seguían allí esperando para violarla y asesinarla.
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Perdida de Gillian Flynn
—Tampoco es que le gustaran los regalos particularmente caros ni fantasiosos —comencé, y me vi golpeado por una pelota de papel arrojada por Tanner. —¿Qué? —Pretérito. Deje de utilizar el pretérito para hablar de su esposa. —Tengo entendido que su esposa y usted han sufrido algunos altibajos —continuó Betsy. —Han sido un par de años duros. Los dos nos quedamos sin trabajo. —¡Bien, sí! —exclamó Tanner—. Los dos. —Nos mudamos aquí para cuidar de mi padre, que sufre Alzheimer, y de mi difunta madre, que tenía cáncer, además de lo cual tuve que trabajar muy duro en mi nuevo negocio. —Bien, Nick, bien —dijo Tanner. |
Perdida de Gillian Flynn
Es una era difícil en la que ser persona. Simplemente una persona real, auténtica, en vez de una colección de rasgos seleccionados a partir de una interminable galería de personajes. Y si todos interpretamos un papel, es imposible que exista nada semejante a un compañero del alma, porque lo que tenemos no son almas de verdad.
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Perdida de Gillian Flynn
Ninguna relación es perfecta, dicen. Ellas, que han aceptado el sexo por compromiso y los pedos nocturnos, que han cambiado la conversación por la tele, que creen que la capitulación conyugal -sí, cariños; está bien, cariño- es lo mismo que la concordia. Dame un hombre que tenga redaños, un hombre que plante cara a mis chorradas. (Pero que a la vez aprecie mis chorradas.) En cualquier caso, no me hagas caer en una de esas relaciones que se pasan la vida chinchándose, disfrazando los insultos de bromas, poniendo los ojos en blanco y discutiendo “juguetonamente” delante de los amigos con la esperanza de ponerlos de su parte en una discusión que no podría importarles menos.
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Perdida de Gillian Flynn
Su mente era basta y profunda y ya solo estar con ella me volvió más inteligente. Y más considerado y más activo y más vivo, casi eléctrico, porque para Amy el amor era como las drogas o el alcohol o el porno: no había techo.
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Perdida de Gillian Flynn
Y si todos interpretamos un papel, es imposible que exista nada semejante a un compañero del alma, porque lo que tenemos no son almas de verdad.
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Perdida de Gillian Flynn
Hay una diferencia entre querer de verdad a una persona y querer la idea que te has hecho de ella.
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¿En qué año se publicó?