Soy una soñadora de la vida, pero no creo que ese sea motivo suficiente para echarme del piso. Viendo la parte positiva, ahora voy a vivir en un castillo en un pueblo precioso. Aunque sus gentes estén un poco locas y tengan una enemistad de hace generaciones con el dueño del castillo, que resulta que además de mi casero, es mi compañero de “piso”. Él tan serio, tan cuadriculado con sus horarios, tan centrado, y yo tan… bueno, yo misma. Igual distraerlo puede ser un buen pasatiempo… Los personajes principales son Julie y Adrien. No he conseguido ponerme en la piel de Julie en el sentido de su mente. Ojalá tener su coco, pero ni de cerca. En lo despistada, soy clavada, las situaciones que le pasan podrían pasarme a mi perfectamente. Adrien me parece un chico muy responsable, demasiado para su edad. Creo que se ha perdido cosas muy divertidas de la adolescencia por esa obsesión suya de ser el número uno. La trama empieza con la llegada de Julie al pueblo. La verdad que me ha encantado. Quizás al principio había demasiada descripción para mí gusto. Acompañamos a los dos protagonistas en el descubrimiento del amor y es precioso. He disfrutado con el libro. Me ha faltado más comunicación entre los protagonistas, que se dijeran las cosas claras y directas en lugar de asumir que la otra persona entendía el mensaje. Es lo primero que leo de la autora y no va a ser lo último. Su manera de narrar me ha encantado y voy a seguirle la pista. ( + Leer más |